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jueves, 19 de mayo de 2022

Duelo entre Sanadoras. Capítulo XV Misericordia, compasión y ética

 

Karla me había explicado que detentar estas facultades conlleva practicar la misericordia y la compasión, dentro de un marco ético y de moralidad, con sensibilidad humana; valores que son imprescindibles para el don sanador, al igual que lo es en el ejercicio de la medicina. Y por la misma razón del médico: por encima de todo, ayudar al paciente y no hacerle daño. El hincapié que hacia sobre este punto me llamaba poderosamente la atención, ¿Tal vez se debía a la profecía del Mahabharata sobre la perdida de los valores y por ende de las facultades paranormales?. Por lo que comenzaré por desglosar algunos puntos.

Existen diferentes tipos de misericordia: En el siglo XIX existía una corriente conocida como la “Rosa Cruz Católica” por estar relacionada con ésta religión, ellos propiciaban “la realización de obras de misericordia según el Espíritu Santo”.  Luego tenemos “la misericordia de Dios” siendo la Gracia del Espíritu Santo, que los pecadores católicos, debemos pedirle a Dios: “¡Señor, ten misericordia de mí!”, o “Apiádate de mí, que soy un pecador”. Esta misericordia o piedad es una solicitud a Dios para que perdone nuestros pecados.

Por otro lado existen las siete obras de misericordias espirituales: dar de comer al hambriento y de beber al sediento, dar posada al peregrino, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los difuntos, y enseñar al que no sabe.

                                                           

                                                                             Ten misericordia. Padre Chulalo

La otra referencia de misericordia es la compasión, que no solo es sentir piedad o empatía por alguien que se encuentra sufriendo, sino también expresar un compromiso. Esta emoción conlleva un sentimiento de ternura y un deseo de ayudar en el sufrimiento del otro. No solo se trata de compadecer al que sufre sino participar en alguna forma para aliviar su dolor e igualmente se experimenta con los animales y la naturaleza en general.

En ocasiones había notado en mí amiga la solidaridad hacia los animales callejeros, pero un día me sorprendió cuando me  comento el malestar que le produjo que en la urbanización donde vivimos se hubiesen cortado varios árboles, hasta aquí parecía normal pero cuando me preciso el gran sufrimiento emocional que le produjo el hecho, quede algo extrañada, podía entender sufrir por el maltrato animal pero hacerlo por un árbol, una cosa diferente es que no estés de acuerdo con destruir el ambiente pero aquel sufrimiento descrito era diferente. ¿Acaso se conectaba espiritualmente con la naturaleza?

Luego un día Karla me confesó que practicaba la misericordia y la compasión, entonces me sentí muy mal, pues no quería ser compadecida, sentimiento que nunca le había aceptado a nadie, prefería ser catalogada equivocadamente como una persona áspera. Aspiraba a una bonita amistad, dentro del concepto del desapego bien entendido como la libertad de conservar cada quien su espacio, sin ningún tipo de imposición de uno sobre el otro, respetar las creencias, opiniones y horarios del biorritmo de cada quien y, esta aclaratoria de su parte, colocaba este objetivo como imposible de lograr. Pero no fue así, lo cual no tenía claro entonces y fueron los que causaron ese malestar, debido al mal entendido del significado de estos conceptos, que tenía sus bemoles de lo que eran en la vida cotidiana o dentro de la práctica de sus dones.

El desapego, es generalmente erróneamente utilizado en nuestro mundo occidental donde prevalece el materialismo, aprovechada mediáticamente por estar de moda, justificando la indiferencia, actitud cómoda y egoísta ante el prójimo. La noción de la compasión, que consiste, desde un punto de vista filosófico, en conmovernos ante el sufrimiento ajeno a través de una conexión emocional con el otro, lo que conocemos como empatía, totalmente contrapuesto al desapego. Compartir e involucrarse son dos cosas diferentes. En uno das el corazón, en el otro no; generalmente compartir solo es aparentar un sentimiento que no va más allá de cumplir con un simple compromiso ante la sociedad. Uno de los ejemplos más claro lo vemos en los funerales que son más un acto social para criticar, actualizar chismes y saludar viejos amigos o familiares que no se frecuentan, lo que menos ocurre es apoyar a los deudos.  Por supuesto existen diferencias, no es igual desapego e indiferencia, ni el apego o empatía no tiene que ver con el control sobre el otro o la obsesión o la invasión del espacio personal.

La misericordia y la compasión de la que me hablaba Karla, no solo era con los animales y la naturaleza, sino que también consistía en prestar un servicio de sanación sabiendo que a través de ella se canaliza la energía y el amor proveniente de la Divinidad, para entregarla en forma plena y desinteresada a la humanidad.

Lo ético y lo moral van juntos, catalogando tanto conceptos de lo correcto y lo bueno, como de lo incorrecto o lo malo; si trasgredes lo ético no tienes moral. Podemos decir que la moralidad es el conjunto de reglas de conducta y valores conforme a las buenas costumbres; la ética se considera una corriente filosófica que engloba todos estos principios y normas que regulan el proceder en una sociedad, controlándola. ¿Qué se considera honestidad, proceder correctamente y el deber de ser buen ciudadano?, respondiendo a esta pregunta, sería parte de la conducta humana racional y civilizada, aceptada por todos.

Hay otro aspecto acerca de valores que es pertinente analizar y se trata de los pensamientos de Friedrich Nietzsche, quien rechazaba la ética cristiana y la moralidad, por lo que entraremos en un campo escabroso, por decir lo menos, contradictorio, escandaloso. Este pensador objetaba el juzgar a las personas a través de los prejuicios, según él era un error cometido frecuentemente que solo trataba de estimular una sublimación, que consiste en transformar los  instintos, que pudiéramos llamar primitivos pero muy humanos, en otros más aceptados desde el punto de vista moral o social. Nietzsche valoraba la vida sana, fuerte, impulsiva, con voluntad para hacer lo que te plazca, sin hipocresía ni freno alguno. Desde su punto de vista, la creencia en Dios es indeseable porque se opone a la expresión de nuestros más oscuros deseos, y por ende de la felicidad; por lo tanto la muerte de Dios nos libera de estas ataduras, logrando convertirnos en dioses a nosotros mismos. Cuando Dios muere, no muere solo, mueren los convencionalismos, muere el significado de la moral y la ética. Nietzsche afirmaba que todo lo débil, enfermizo y fracasado es malo, pero definitivamente, la compasión es el peor mal, por supuesto este concepto mal entendido o bajo esta premisa, que era su visión.

No debemos ser tan extremista como propone Nietzsche, pues los polos opuestos no son lo más adecuados, pudiendo llevar al ser humano a comportamientos atroces, tampoco ser tan controladores, inflexibles, rígidos, que no te permita estar satisfecho contigo mismo.

Liberarnos de todas esas falsas moralidades de conceptos que implican la homosexualidad, bisexualidad, ser transgenero, travestís, etc, de moda hoy día, es parte de esa muerte de Dios, toda vez que no existirían los prejuicios. Lograr el equilibrio entre estas dos posiciones, con respeto, sin hacerle daño al otro, es la clave para ser feliz y conseguirlo forma parte de la inteligencia emocional.

Mi conocimiento sobre Karla comenzaba a tomar forma, había comenzado por tomar conciencia de que poseía ciertos dones paranormales, que buscaba dominar este campo a través de la meditación. Que además era evidente el elemento del secretismo y la importancia que le daba a la labor curativa, entre otros, que caracteriza a los rosacruces y sus miembros; por lo cual deliberaba: Pero ahora me interrogaba ¿Acaso era también una mística y de allí derivaba su don?.  Su confesión de que practicaba la misericordia y la oración de una forma muy particular, llamada por ella Contemplación, para alcanzar la superación espiritual, única puerta de entrada a los dones sanadores, fue revelador para mí, como veremos más adelante.

 

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