Duelo entre Sanadoras. Capítulo XXIII Alquimia y Hermetismo

 

¿Por qué es imprescindible hablar de Alquimia y Hermetismo? Responder esto es necesario para poder avanzar en el enigma del duelo entre sanadores, sus implicaciones, la razón de ser, por lo que comenzaremos por analizar el mito griego del Rey Midas, un personaje que era capaz de convertir en oro todo lo que tocaba; esto viene a colación pues enmarca perfectamente con el concepto de Alquimia, una ciencia gnóstica relacionada con la transformación de otros metales en oro. Al entrar en este tema nos conseguimos que el fundamento básico del alquimista es la enseñanza hermética, a las cuales al inicio, también estaban unidas la práctica médica. 

El hermetismo, relacionado con la famosa Piedra Filosofal, de la cual se creía que poseía poderes sanadores y de devolver la juventud, incluso alcanzar la inmortalidad; cuyos orígenes se remontan a Hermes Trismegisto, el “Maestro de los Maestros”, el “Tres Veces Grande” de la Filosofía Hermética, la única clave maestra que puede abrir las puertas a todas las enseñanzas ocultas, en las cuales estaban la Alquimia y la Medicina. Podemos ver que en los escritos herméticos existe una relación con la medicina señalado en el dialogo llamado Asclepios, el dios griego de la medicina, representado por una serpiente enroscada en un bastón, usado universalmente hasta hoy día para encarnar esta ciencia. El anillo que porta todo médico lleva este símbolo hermético.

De esta forma tenemos a Hermes Trismegisto como fuente de ambos conocimientos integrados en uno solo, pero poco a poco, mitos como el del Rey Midas y otros con fines equivocados fueron trasformando la Alquimia en una filosofía de dudosa reputación, en hechicería, o en actos de magia ilusoria. Por otro lado la medicina paulatinamente entra en el campo de la ciencia demostrable y comprobable, por lo que finalmente se separa del ocultismo, de lo esotérico, dejando a Hermes junto a la Alquimia con la carga de la superchería, hechos que son necesarios conocer aunque sea someramente para lograr entender las diferencias y similitudes entre sanadores, el espiritual representado por Hermes y el médico, por Asclepios.

                                                                     Hermes y Asclepios. Dibujo de OM

 

La historia de la Medicina Científica se remonta al mundo Helénico, siendo Hipócrates cuatrocientos años a.C., quien relaciona por primera vez la enfermedad con condiciones ambientales alejando así la medicina del Hermetismo.  Vemos como el conocimiento médico del mundo Árabe junto a los aportes de la medicina India unificados a los griegos, gracias a las traducciones de estas enseñanzas, le dan otro gran impulso a la medicina como una entidad separada del mundo mágico-religioso.

La teoría hermética ha tenido una influencia decisiva en diversas corrientes del pensamiento tanto religiosas como esotéricas, así como en el arte, principalmente en la literatura, la música y la pintura. Se piensa que la filosofía hermética también dio origen al cristianismo, ya que Hermes Trismegisto fue el primero en hablar de un solo Dios, creador de todas las cosas existentes, el cual promovía que el conocimiento era una búsqueda interna. Algunos teólogos consideraron esta doctrina como una herejía, toda vez que las enseñanzas de los conocimientos herméticos hacían que la iglesia cristiana perdiera su verdadera esencia y espíritu, por lo cual se aparta de ellas; posteriormente un grupo de conservadores del cristianismo retoman su naturaleza inicial, sin embargo esta información no se encuentra accesible por cuanto la mayor parte de los escritos están ocultos en los archivos del Vaticano. 

En el plano espiritual se dice que los alquimistas debían transmutar su propia alma, quiere decir, que debían purificarse, prepararse mediante la oración y el ayuno. Esta disciplina está basada en el dominio de las fuerzas mentales siguiendo un método secreto  hasta lograr el control de sus poderes. 

Al separarse la medicina del hermetismo, constituyendo una ciencia aparte en el mundo moderno, daría comienzo a un duelo entre ambas corrientes, como en toda pareja que se divorcia se iniciaría una pugna con la respectiva desconfianza mutua, el descrédito y la competencia.

 

Duelo entre Sanadoras. Capítulo XXII Árbol de la Vida

 

El tema del Árbol de la Vida había sido otra dura controversia entre Karla y yo, pospuesta por ella ante la resistencia de mi parte a entrar en la materia por su complejidad mística, en oportunidades anteriores había indagado sobre este tema, resultando frustrante para mi, pues en esa época no tenía las herramientas adecuadas para profundizar en sus misterios, además pensaba que no era necesario descifrarlo para entender sobre los dones sanadores de mi amiga, finalmente me daría cuenta del error, por lo que regresaría a la temática y después de tanto insistir, ella me traería una complejísima lámina de este Árbol, que gracias a su explicación finalmente pude desentrañar su enigma, entenderlo y desde mi visión práctica, deduje lo siguiente: el Árbol de la Vida en realidad no es un árbol como tal, se simboliza de esta forma por tratarse de un proceso el cual te permite evolucionar desde el mundo material o terrenal hasta alcanzar el Conocimiento Universal, representado por la copa. Esto se logra practicando diferentes técnicas de meditación que facultan el desarrollo espiritual con el fin de dominar los defectos o pecados hasta transformarnos en un Hombre Perfecto con cualidades y virtudes semejante al arcángel Metatrón, cuyo color es el azul, el más poderoso en el Reino Celestial después de La Divinidad, guardián de la sabiduría. Dentro de esta lámina estaría un cuadro resumen donde se pueden ver la conexión entre cada pecado, el elemento que lo representa, el verbo o esencia, el chacra, su respectivo mantra, la virtud a la cual se debe trasmutar y la cualidad que se manifestará una vez logrado el objetivo. Este cuadro es muy didáctico y nos facilita recorrer el árbol de la vida de una manera sencilla, simplificada al alcance de todos.

Como podemos ver, estas bondades van en forma ascendente partiendo de la base del árbol donde está el primero, llamado Malkuth o lo terrenal, asiento de  la ira, el miedo y el apego que son nuestros instintos animales básicos, hasta elevarnos al Keter o la corona donde anida la iluminación, la sabiduría total, acercándonos a la Divinidad.

                                      Trasmutar pecados en virtudes. Dibujo de IGMO

El objetivo de este ejercicio es alcanzar altas frecuencias de conocimientos, inteligencia y sabiduría, y entrar a planos superiores de conciencia, pasando a voluntad tu cuerpo del estado denso al más sutil, partiendo de los siete chakras con sus mantras para trasmutar cada uno de los siete pecados capitales en las correspondientes virtudes o cualidades, transformándonos a personas llenas de  Gracia, como María, la madre de Jesús.  

El símbolo del árbol está presente en numerosas culturas formando parte de su folklore por adaptarse perfectamente al trabajo espiritual del ser humano. También es conocido como el Árbol del Conocimiento o el Árbol del Bien y del Mal del Antiguo Testamento o el Árbol Sefirótico, el cual resume toda la ciencia iniciática, conteniendo uno de los símbolos cabalísticos más importantes del judaísmo. Su ancestral significado hermético es muy complejo de descifrar pero no imposible. Existe una relación entre este árbol cósmico y el hombre, pues ambos constituyen símbolos verticales y de unión, partes del mismo sistema vital. 

El Conocimiento, fin supremo para los kabbalistas, contiene los misterios del desarrollo de la psiquis humana, encerrados en el simbolismo de la trinidad o el triángulo sagrado que siempre ha abarcado un gran enigma y que está relacionado con nuestro mundo subconsciente o, el mundo mental con su dualidad de mente-emoción y el mundo material o físico, tal cual lo conocemos. Esto permite entender por qué caminar por los senderos de la vida con satisfacción, estableciendo una coherencia entre estos triángulos, concede que lo que se origina en los planos superiores, espirituales y/o mentales, se refleje fielmente en el plano material o físico. Como dice el dicho: “Como es Arriba es Abajo, como es Adentro es Afuera”.  

El Árbol de la Vida o Árbol Sefirótico posee 10 Sefirots, simbolizado por las ramas del árbol o niveles donde Dios habita y que él impregna con su esencia al universo. Cada Sefirots está identificado por nombres, o llaves, que se corresponden con planos diferentes, que al conocerlos permiten descifrar los misterios de la Creación.

Karla dice que existen varias maneras de efectuar la sanación a través del trabajo del Árbol de la Vida, dependiendo de la tendencia filosófica a la que se pertenezca y de los guías o maestros espirituales. En su experiencia de acuerdo a los conocimientos adquiridos, me especifica que se trata de un campo extenso, que requiere práctica, tiempo y dedicación. Por ejemplo: si se trabaja con las enseñanzas de la Cábala, para lo cual hay que poseer instrucciones básicas, se hará mediante una meditación visualizando los diez Sefirots, potenciando estos mediante Los 72 Nombres Sagrados de Dios y sus respectivas letras en hebreo.

                                           Diferentes modalidades del Árbol de la Vida. Dibujo de IGMO

Una segunda propuesta sería la de meditar con las esferas u Orbs, los Ángeles, Arcángeles y Eloins, en cada uno de los Sefirots según corresponda. Otra modalidad que practica es una meditación profunda recorriendo los Sefirots y los diferentes senderos de la vida, limpiando y sanando las Siete Iglesias del Apocalipsis, que representa las siete épocas históricas que transitará la Iglesia Universal desde la apostólica hasta la escatológica, y con ayuda del cuadro anterior trabajar en los siete pecados capitales con sus derivados para  imprimirle una nueva programación mental para un mejor vivir, en este caso se usan los siete Chakras. 

Karla me diría que para ella pasar por el Árbol de la Vida, en las diferentes modalidades mencionadas, ha sido una experiencia trascendental, profunda y de evolución. Ella me daría un ejemplo práctico: trabajando en el primer Sefirot situado entre el periné y el ano, que corresponde al Chakra raíz, asiento de la ira y la agresividad, se consulta con el Tarot Egipcio y si por ejemplo, se extrae el Arcano número 5, “El Jerarca”, cuyo significado corresponde al Karma, este será el mensaje en el cual se debe actuar en esa esfera en particular, en el que se encuentra el iniciado. Limpiar, sanar, trasmutar, transitando este árbol del conocimiento es el gran misterio develado.

A estas alturas de nuestras conversaciones, Karla o los Maestros habían permitido que accediera a información para vislumbrar lo que una vez me señalaría: descifrar quien era ella. Igualmente que para tener el propósito de transitar en el Árbol de la Vida hay que conocerlo y desear trabajarlo; darse cuenta de que algo falta en nuestras vida, tomar conciencia de que cuando se cometen errores no es culpa de las demás, que ellos acarrean consecuencias, que se pueden solucionar mediante la meditación trasmutandolos; pero se debe tener constancia en ello toda la vida. Definitivamente, estaba en otro nivel, navegaba en aguas profundas, sin darme cuenta había comenzado a navegar en aguas profundas guiada por una mano experta, ¿Acaso la maestra dispuesta por la Divinidad?.    

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