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sábado, 25 de noviembre de 2017

Capítulo 55 Cabimas, marca la ruta.

Helena se apresura a cruzar la calle mientras ajusta el sobretodo a su cuerpo para evitar que la lluvia la moje, con la otra mano coloca la cartera sobre el elaborado moño que usa de peinado, muy de moda en esos años, va rumbo al comedor escolar situado en Los Caobos donde la esperan sus compañeras para almorzar, es mediado del 45, estaba en la Caracas de Medina. En Barquisimeto su hermana Lourdes también corre apresuradamente para alcanzar la acera donde se localizan los estudios de impresos y fotos Capitol de sus amigos los hermanos Reyes Yañez, oriundos de Aguada Grande al igual que ella y su familia, su propósito era hacerse una postal con estos pioneros en esta técnica quienes habían impuesto la moda en Barquisimeto, consideradas más que una simple fotografía, perdurable y resistentes al paso del tiempo, usadas para ser enviadas por correo al mundo entero, debido a lo formal del acto se había elaborado un moño alto, similar al que llevaba su hermana en Caracas, colocado un vestido con encajes en el pecho y maquillado para esta fotografía. Nuevamente la familia Anzola-Castro, se mudaban, esta vez a Cabimas, atraídos por el auge petrolero, ante la inminente separación, había decido dejarle una de estas postales de recuerdo a su sobrina mayor, Clementina, no sabía cuánto duraría la separación, pero presentía que sería larga, no quería que la niña la olvidara, comenzaba así otra página de la historia familiar, retrato de la Venezuela cambiante de esos años, era una época de numerosas oportunidades.
Su hermana Roselia y su esposo Andrés los habían animado a irse y ofrecido alojamiento lo cual facilitaba la decisión. Las familias eran numerosas y nadie molestaba, la comida no era un problema, menos para Roselia quien tenía un carácter muy solidario, alegre y social, adorabas a sus hermanos, tanto así que se había hecho cargo de Francisco y Neptalí, este último un hermano de crianza, ambos jóvenes solteros. A ellos se sumaría su hermana Lourdes y su familia, conformada por su dos hijas adoptivas, Mireya de 15 años, hija de una empleada de El Toronal, llamada La Toña quien se la había dado para que la criara, una costumbre desde la colonia, y Judith de apenas 3 años, además de Mariíta la madre de la niña, criar muchachos no se consideraba una carga económica, siempre había un plato de comida sobrante. Roselia en Cabimas, algo ansiosa mientras espera la llegada de su hermana y su familia, enciende un cigarrillo, su amigo y maestro en fumar, el Dr Bousquet, la ayuda a encenderlo. El recibimiento era con un almuerzo en familia que contaría con la presencia de todos sus amigos, parrilla, bebidas, un gran festejo para hacerlos sentir en casa.
Pablo se instala y abre un taller con los ahorros que trae, al poco tiempo lo vende al Consejo Municipal, quedándose como jefe, después se iría a trabajar como mecánico de las gabarras petroleras, los sueldos eran altísimos, más rentable que tener un negocio privado.
Debido a que las viviendas que les otorgaban en los campos petroleros eran de solo dos habitaciones, algunos empleados se mudaban a vivir en las comunidades que se formaban en sus alrededores. Siguiendo esta práctica, la numerosa familia se va a una granja en las afueras de Cabimas, cerca del cementerio, donde nacería la segunda hija del matrimonio Anzola-Castro, llamada Gloria.
Aquí ocurre la trágica muerte de Mireya. Estaba en plena adolescencia, nadie había notado el ensimismamiento en que había caído la muchacha. Un día desaparece, después de varios días de intensa búsqueda, finalmente su cuerpo fue encontrado en los alrededores de la granja, por un “mal de amores” se había suicidado mediante un disparo en la cabeza, usando una pistola que Andrés guardaba para defenderse, sus actividades políticas de carácter clandestino eran riesgosas. Esto causo un gran sufrimiento a Mamayu.
Al conformarse esta colonia Castro en Cabimas, las romerías para ir a visitarlas eran frecuente, mi mama Helena, la prima Haydee, mis tías Bolivia, Rosario y Yolanda pasaban temporadas con ellas. Hasta Ana y Teodoro, poco amigo de los viajes, irían atendiendo insistentes invitaciones de ellas, harían tres viajes, el primero en autobús y luego dos más con Teodoro, manejando el su carro, pues le daba miedo que Ana lo hiciera. Yolanda Castro conocería allí a su marido, un danés venido a las petroleras en busca del oro negro. Cabimas era un hervidero social y económico.
En uno de esos tantos peregrinajes, iría la tía Pancha a visitar a sus sobrinas, era como una madre para ellas, la acompaña su hija Haydee. Enterándose Mercedes Elena, una rubia muchacha oriunda de Aguada Grande la cual Francisco había conocido allí, quedando ambos flechados como se decía en aquellos tiempos, o sea enamorados, suplica que la lleven con ellas pues la tía Panchita era conocida por la familia de la muchacha y le darían el permiso, única manera de verlo otra vez. Al encontrarse en Cabimas, al mejor estilo de novela romántica, después de la larga separación, se lanzarían en los brazos del otro, reanudando los apasionados amores y ante la inminente nueva separación, Francisco decide irse con ella para casarse en su pueblo natal, era el año de 1947. Gracias a esta ayuda Panchita seria nombrada madrina del matrimonio en agradecimiento.
A finales de ese año de 1947 ocurren las primeras elecciones generales, secretas y universales en Venezuela, compiten tres candidatos Rafael Caldera por COPEI, Rómulo Gallegos por AD y Gustavo Machado por el PCV o partido comunista, legalizado apenas dos años antes. Esta contienda se realiza con una alta participación de la población y se convierten en una fiesta democrática, dándole un gran impulso a esta campaña electoral las tarjetas con los colores representativos de cada partido político, que aparecen por primera vez en el país, el blanco de AD, el verde de COPEI y la roja del PCV. Mi tío Andrés se mete de lleno en esta campaña, la emoción es grande, tanto es así que  lleva a sus cuñados, esposa y una amiga de ideas afines, a fotografiarse con las propagandas del partido comunista y la invitación a votar por la tarjeta roja, toda una novedad, por primera vez, Andrés y su grupo de amigos trabajadores de las petroleras que pertenecían a este partido, salían de la clandestinidad a una contienda pública. 
A inicios de 1949 Bolivia Castro, recién casada, se muda a esta región, de donde era oriundo su marido, el zuliano Pedro Méndez, sumándose así al gran grupo familiar, compartirían paseos a la playa, al club de la VOC, en el país se respira paz y existe una gran bonanza.
Más tarde, Andrés funda la farmacia “Razetti”, en asociación con su cuñado y médico el Dr. Carlos Arapé, casado con Albertina Sánchez su hermana, se traen nuevamente a Francisco ya casado, como administrador. Andrés también impulsa a sus hermanos Sánchez a mudarse a Cabimas, así llegaría Luisa Elena Sánchez quien se casaría en Cabimas con el Br. Anselmo Reyes, el recitador de los cien barrios Cabimeros, ejercería posteriormente el cargo de Director del diario Panorama de Maracaibo en el año 1954. También Juan Sánchez, Odontólogo, casado con Yolanda Paredes, muy apreciada por Roselia y sus hermanas, las cuales mantuvieron una amistad que duro toda la vida, la hija mayor de ellos, Lorena, se casaría con el hijo mayor de la morocha Adelina, Martin Enrique.
Las dos hermanas viajaban con frecuencia a Barquisimeto para asistir a los eventos familiares y las navidades. Estos viajes los hacían en una línea de autobús llamada RC. En Venezuela la gasolina era barata, aunado a esto Venezuela había tenido una explosión demográfica significativa y la movilidad de la población era intensa, los autobuses tenían una mayor capacidad de pasajeros y se hacen muy populares como medio de transporte masivo. Ana Dolores recuerda haber viajado en uno de ellos, también Haydee Ramírez junto a su madre la tía Panchita.
Posterior al golpe militar que derroco al Presidente electo, instalándose nuevamente una dictadura en el país, en mayo de 1950 el PCV organiza una huelga petrolera en protesta por el alto costo de la vida programada para durar 48 horas, pero acabó por extenderse, haciendo que el régimen decretara la ilegalización del PCV junto a su órgano de publicación, la revista Tribuna Popular, así se da inicio a una escalada de persecución, encarcelamiento y asesinatos de varios de  los dirigentes del PCV y AD; entre los perseguidos estaba Andrés Sánchez, buscándolo la Guardia Nacional en la granja donde vivían, a quien no encuentran pues se había escondido en otro lugar, nuevamente es un perseguido pero esta vez por razones políticas y no por contrabandista.
La prima Haydee, recuerda que el gobierno mandaba a entrar a las casas de los sindicalistas y les rompían los recipientes de leche, saqueándoles los alimentos para obligarlos a reincorporarse al trabajo, si querían cobrar para comprar los víveres para no morirse de hambre. Debido a estos peligrosos acontecimientos, además del asesinato de Delgado Chalbaud, el 13 de noviembre de ese año, Mamayu junto su esposo Pablo Anzola, deciden regresar a Barquisimeto. Retornan a la casa de la carrera 19 con calle 42 y monta otro taller mecánico, el célebre “Garaje Anzola” situado en la carrera 19 cerca de su casa. En 1951 se mudan a una vivienda situada en la urbanización Bararida
Andrés y Roselia se mudarían de la granja a la urbanización Marcano, para pasar desapercibidos, allí vivirían casi 10 años. Roselia viene a Barquisimeto en varias oportunidades, una de ellas para el día del matrimonio de su hermana Bolivia, donde se toman una foto donde están todos los hermanos en 1949, vienen también para el matrimonio de su hermana Rosario en 1952 y luego al de la prima Haydee en 1953. Está en Barquisimeto para la muerte de su padre Pancho Castro en 1955 cuando le hace el juramento de cuidar El Toronal y nunca vender para preservar su historia, fue su última voluntad.
Tiempo después, en el año 1960 deciden regresar a Barquisimeto debido a que Andrés continua siendo un perseguido por sus ideas comunistas, residenciándose en la casa de la 37 con mi tía Ana y tío Teodoro. Junto a ellos se vendrían todos los familiares y amigos, unos a Barquisimeto, otros a Caracas y mi tío Francisco a Valencia, pujante ciudad industrial. Las vivencias recogidas en Cabimas serían determinantes en sus vidas, gracias a ellas arrancarían en el moderno mundo con señorío.  
Mi tía Roselia se convierte en la organizadora de las fiestas, le gustaba sobremanera, era el alma de ellas, disfrutándolas a plenitud, bailando, fumando y tomando su licorcito, hábitos que aprendió en con sus amigos del Club Social de la VOC. Paulatinamente retoman sus actividades en la ciudad, Andrés monta primero una librería y luego una fábrica de ventanas, Roselia se dedicaría a la recuperación de El Toronal abandonado desde hacía 5 años, era incansable, insistente, todo el que llegaba allí tenía que hacer un trabajo de reparación. Hijo ud no sabe cómo se arregla esto?, preguntaba con voz amorosa, por supuesto no aceptaba un “no se” o un “no se puede” de respuesta, se colgaba en tu brazo a explicarte lo que ella necesitaba  y como pensaba que se podía hacer, hasta que la persona cedía y decía, si tía yo resuelvo. Acto seguido lo premiaba, sirviéndole un ron con soda y limón o una cerveza bien fría y le anunciaba a todos los presentes que el problema lo resolvería esa persona y todos debíamos estar pendiente de que así fuera.
Ella con su forma de ser, diplomática, generosa, alegre, nunca decía lo que había aportado para recuperar El Toronal, se convierte en su motor, cuando se hacía un pote para compartir los gastos, siempre se ofrecía para hacer las compras y pagaba ella, luego repartía según su criterio de quien podía más o menos, si faltaba dinero por haber cobrado menos lo cubría ella, con tal que nadie dejara de ir a El Toronal por razones económicas, era como un faro de luz en los reencuentros en este hogar originario, siempre estaba pendiente de que todos fuéramos a compartir en familia.
A todas estas Helena se había venido de Caracas a Barquisimeto donde viviría un periodo de intensa vida social, sus hermanas le propiciaban diversas actividades buscándole novio para que se casara, objetivo de todas las familias con muchachas solteras.
La foto de recuerdo de la despedida ....
Fumando para calmar la angustia ... 
 La feliz llegada ...

El brindis de bienvenida...
El almuerzo con los amigos ...
La homenajeada ....
Los amigos ...
Las elecciones de 1947 y su publicidad vota por la tarjeta roja ...
Un acercamiento de los afiches publicitarios...
Visitas de la hermanas ...