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miércoles, 6 de septiembre de 2023

Roz Mystírio. Capítulo XIV La Conspiración


 

Madre, donde se encuentra? Exclama el hijo mayor de Bartola mientras recorre la casa buscándola. —Tengo algo importante que decirle.

Aquí estoy hijo, en el corredor del fondo. —Le responde la mujer asomándose por la puerta.

Gregorio al entrar al amplio corredor enladrillado, enmarcado por pilares de madera, sumergiéndose en el áspero paisaje de cardones y tunas, sorpresivamente se enfrenta a un barullo de sacos de maíz, caraotas, café, ajos, sal en granos, papelón, piezas de género de telas, alpargatas, sombreros y un conocido sentado en una mesa con un libro de cuentas, delante del cual los obreros pasan uno a uno a recibir los pesos de plata del pago del mes, empleados como monedas, equivalían a 4 bolívares de plata puestos en circulación desde 1879, usándose ambas simultáneamente.

Que es todo esto?Pregunta extrañado mientras señala al nuevo tenedor de libros, ignorando que trabajaba para ella.

Bartola le explica que había contratado a Pedro José para que la ayudara con las cuentas, sus actividades comerciales en Coro le impedían seguir llevando los libros al día.

Le he pedido varias veces que me permita encargarme de los viajes, eso es muy fuerte para una mujer, pero se empeña en hacerlo usted, no entiendo porque Antonio lo permite.

Hijo, disfruto recorriendo las calles de Coro, es una ciudad muy bella, se consigue todo tipo de artículos, vestidos, adornos, arte, por otra parte ofrecen mejores precios a una mujer, no se preocupe, me deleito con las compras mientras el pariente aquí lleva los libros.

Hace una pausa acercándose a su hijo mayor, acariciando levemente su rostro y le aclara...

Además Antonio no se mete en mis asuntos.

Continúa caminando incansablemente con pasos cortos y rápidos por el largo corredor, tratando de encubrir la verdad, cambia de tema pidiéndole:

Venga, ayúdeme con la repartición de la semana mientras me dice de que quiere conversar, entrégueles a cada quien ½ almud de maíz, de papelón, de café y de ajos, ¼ de caraotas y un 1/8 de sal.

Gregorio obedece la orden y toma un cajón de madera que tenía una separación interior que lo dividía en dos, y uno de estos compartimientos en dos cuartos. Adicionalmente este cajón podía tener doce divisiones para medir cantidades menores, era una unidad de medida de volúmenes de grano y otros materiales conocida como Almud que se utilizaba entonces y equivalía a unos 30 kilos aproximadamente hoy día.

En aquellos tiempos, la forma de pago a los obreros era con estos insumos además de la tela para hacerse la ropa de faena que les correspondía al año, las alpargatas, sombreros, machetes, escardillas y leche de cabra del ordeño diario suficiente para su consumo, el resto era en pesos o bolívares de plata. Esta actividad se realizaba los domingos después de misa, acompañado con cocuy, guarapo de caña y un hervido de chivo cocinado en leña bajo la sombra de un frondoso árbol de cují, amenizado con música.

—Me voy mañana hijo, así que dígame de una vez cuál es su tormento. —Dice la mujer en un tono de voz firme que no permitía la discusión.

Madre quiero casarme, necesito que acuda prontamente con Antonio a pedir la mano de mi prometida y negocie la dote. — Asevera Gregorio con cierto tono de angustia.

Se refería al monto con el cual tradicionalmente contribuía la mujer: “la mencionada, mi futura esposa promete llevar diferentes bienes, muebles, ropa y dinero para ayudar a las cargas matrimoniales..." 

Bartola quien estaba de espaldas a su hijo, voltea y lo mira fijamente a los ojos:

A qué se debe tanto apuro? —Pregunta inquisitivamente.

A usted no se lo puedo ocultar, está embarazada! —Le responde.

El compromiso matrimonial de su hijo mayor Gregorio, que contaba con 20 años de edad, coincidiría con varios hechos, entre ellos el recién nombramiento de Graciano Riera Aguinagalde como Presidente encargado del Estado Lara, junto a la elección como diputado a la Asamblea Legislativa de Federico Carmona, quien había logrado una gran proyección regional, siendo escogido para el cargo de Presidente del Consejo de Administración del Ayuntamiento, logrando finalmente el triunfo político de La Propaganda, designando a Gregorio Nieto como Jefe Civil de Río Tocuyo gracias al poder alcanzado por este líder, impulsado por el recién regreso de Guzmán Blanco al gobierno.

Después de realizado el casamiento ocurre un hecho presagiado, la renuncia de Guzmán Blanco sin concluir el mandato de dos años, retirándose a vivir definitivamente a su palacio de Paris, según por razones de salud, la verdad es que era demasiado rico como para quedarse en el país sintiendo el rechazo del pueblo por la grosera corrupción. Se conocía que llegó a poseer tantas tierras, solares, haciendas y hatos que era capaz de cubrir un mercado internacional por su cuenta.

Debido a esta ausencia se inicia un reacomodo político que incluye el nombramiento de un nuevo Gobernador quien amonestaría a Gregorio Nieto por dirigir un motín en Río Tocuyo, se trataba de la recluta de los carmoneros a quienes estaba entrenando secretamente, pero era poco prudente en su accionar, acarreando un creciente malestar en el nuevo gobierno por el excesivo poder demostrado, una advertencia que sería el inicio de su declive y el surgimiento de otro poderoso bando. Ángel Montañez actuaba tras bastidores.

 Estos sucesos colocaban en riesgo el plan del contrabando de armas, así se lo comunicaría a Bartola a través del General Salazar, nunca  imaginó las nefastas consecuencias para su amigo Antonio.

El enlace matrimonial de Ángel Montañez con Elvira Yépez, marcaría la fatídica hora de una revelación. Por esos caprichos del destino, al formar parte este maquiavélico personaje de dicho círculo familiar, obtendría inesperadamente la clave del poder oculto de Federico Carmona.

—Señores, el liberalismo se ha dividió en dos corrientes enemigas, los legalistas que apoyamos a Joaquín Crespo, apegados a las leyes que contemplan la alternabilidad del poder y los llamados continuistas, que persiguen modificar la constitución alargando el período del mandato para apoderarse del gobierno y del tesoro nacional. —Explica Carmona a sus seguidores.  

Los acontecimientos estaban en efervescencia en Caracas, había sido elegido un nuevo Presidente, impuesto por el Dictador quien lo dirigía por telégrafo desde Paris. En esos tiempos Venezuela estaba conectada con Europa por el cable submarino, sustituyendo el correo trasladado por buques de vapor, según narra la historia “esta sería la vía para Guzmán mantenerse en contacto, enviando sus recurrentes y detalladas instrucciones al Presidente en ejercicio”.

—La prolongada ausencia de Guzmán favorece la confabulación para derrocarlo. —Les dice en medio de una naciente algarabía.

Carmona quien era un conciliador nato les pide silencio a los presentes en el acto para continuar hablando.

El sucesor es indiferente a los desórdenes orquestados por la oposición, no los reprime y además permite que sus estatuas sean derribadas, estableciéndose un caos político.  

En la sede de La Propaganda se encuentra un conjunto variopinto de diferentes niveles sociales y bandos políticos opuestos que confluían en aquel movimiento gracias al liderazgo de este hombre, los cuales discuten acaloradamente los acontecimientos.

—Tomaremos las armas! — Gritaban a una sola voz.

—Recaudemos más fondos! —Increpaban autoritariamente.

Dicho dirigente desempeñaba otro papel clave, era encargado de recoger los fondos para su funcionamiento, se comentaba que las contribuciones eran grandes cantidades de monedas de plata y oro, siendo un misterio donde las guardaba.

—Cálmense, Federico será el nuevo Gobernador del Estado en sustitución del titular que fue separado del cargo. —Les comunica Aquilino Juárez presente en la reunión.

—Aquí en Barquisimeto, gracias a La Propaganda, la situación es diferente. —Dilucida el jefe de la agrupación política.

A toda esta, un acontecimiento estaba en desarrollo en las entrañas de Barquisimeto, ocurría una oculta conspiración con fines similares a la de Caracas, debilitar al liberalismo pero además acabar con estos dos líderes guzmancista.  

Ángel Montañez visualizaba el inminente cambio pero en un mal cálculo del acontecer regional, se une al bando anti-guzmancista encabezando manifestaciones a favor del  continuismo por lo que es puesto preso por el recién nombrado Gobernador Carmona, convirtiendo esto en el detonante de los violentos acontecimientos acaecidos posteriormente al no perdonar la grave afrenta. Al ser liberado de la cárcel impulsaría ferozmente un complot, aprovechando el rechazo a Carmona en Carora, acuerda con su pariente.

Ramón, te corresponde atraer al poderoso círculo Chuao. — Ordena chocando sus botas una con otra marcialmente.

—A su jefe, el General León Colina lo debemos captar, es vital para mi causa. —Acota con su aguda voz.

—Persiguen devolverle el poder al General Juan Evangelista Bracho pero tenemos que convencerlos de acabar primero con Carmona. — Expresa autoritariamente aquel ser con ojos ratoniles.

Para entonces Graciano Riera Aguinagalde encargado de La Propaganda por Carmona, debido a su vacilante carácter, aceptaría la propuesta de Froilán Álvarez de unirse a ellos para restaurar en su cargo a Juan Evangelista Bracho a quienes ambos habían secuestrado años anteriores. Sus objetivos eran entrar otra vez en los cuantiosos negocios del gobierno, para esto era imperioso recuperar el poder, al ocurrir el reacomodo político distinguen su oportunidad.

Es un momento de peligro para legalistas, Joaquín Crespo había sido sorprendido viniendo a bordo de la goleta Ana Jacinta proveniente de Trinidad con el objetivo de derrocar al Presidente por su política antiguzmancista, es capturado y llevado preso a  la temida cárcel La Rotunda, paradójicamente los mismos hombres que llevaron al poder al liberalismo, serían quienes lo acabarían.

Termina el mandato de Carmona como Gobernador y regresa a Carora con el fin de recuperar La Propaganda, de nuevo bajo su mando ante la renuncia de Graciano, confirmando sus sospechas sobre su manera de ser que resultaba peligrosa, se dirige a la casa de la sede y encuentra el lugar arrasado, paredes derrumbadas, muebles destrozados, excavaciones en el patio, el techo caía a pedazos. El dueño llega apresurado y le informa que sus partidarios buscaban con frenesí un dinero escondido. Le habían prometido pagarle pero no lo hicieron.

—Perdí mi vivienda, quede en la ruina! —Expresa quejumbroso.

—No se preocupe, vaya a mi negocio que le pagaré todo!

Ángel Montañez los había manipulado con el rumor que el líder crespita poseía una gran fortuna gracias a los importantes cargos estadales ocupados y los depósitos de los contribuyentes de La Propaganda, atribuyendo que se debía a las preferencias del General Aquilino Juárez, no reconocían sus cualidades ni su gran olfato para interpretar las cambiantes situaciones del país, lo cual los brachistas no lograban hacer pues eran hábiles comerciantes pero tenían poca perspicacia política, las pugnas locales les impedían discernir el complejo entramado existente.  

Al dejarse arrastrar por el odio hacia Carmona por sentir que les había arrebatado lo que consideraban merecían por derecho de sangre al ser godos puros, arman un complot sin conjeturar que esto los llevaría a perpetrar uno de los más oscuros sucesos de Río Tocuyo.

A toda esta, en casa de Bartola transcurría la vida con sus vaivenes habituales, había realizado el último contrabando sin  novedad, cuando la rueda de la vida daría otro inesperado giro.

—Madre tengo algo que decirle! —Comunica Damián.

Bartola quien está de espalda revisando unos documentos sobre la mesa, al oír aquella exclamación recuerda otra similar ocurrida apena dos años atrás, voltea y observa a su hijo, lo percibía tan parecido a ella.

—Dime hijo! —Dice Bartola con voz suave.

—Madre, voy a tener un hijo, mi novia está embarazada!  —Aclara orgulloso el joven.

La madre queda sorprendida, lo conocía muy bien, sabia de su precocidad pero no imagino que la historia del embarazo de otra novia se repetiría y menos con el adolescente.

—Me quiero casar! —Afirma Damián.

—Hijo, eso no se puede, es imposible!

—Lo hare igual que Gregorio!

—Pero él tenía 20 años y tú tienes 13! —Refuta la madre con voz autoritaria.

—Madre, soy un hombre, ayer cumplí 14 años y no te acordaste, además trabajo contigo en el negocio! —Reclama el muchacho dolido.

—Antonio, Damián embarazó a la hija del General Catarí y necesito que resuelvas eso, debo ir a la Iglesia de Río Tocuyo.

Antonio que acababa de entrar observaba en silencio a su hijo acicalándose el bigote, le hubiera gustado que fuera militar pero el muchacho era como su madre, habilidoso como comerciante.

—Hijo, desde que los matrimonios son un acto civil por orden de Guzmán Blanco, los menores de 18 años no se pueden casar. —Explica el progenitor del muchacho y remata diciendo.

—Reconoceremos al niño pero sin casamiento!

Corría el caluroso mes de julio de 1890 con la anunciada visita de Su Eminencia a Río Tocuyo, por lo cual minutos antes Bartola, al ser una de las organizadoras de los actos de bienvenida, se vestía apresuradamente colocándose el apretado corsé que marcaba su estrecha cintura y caía sobre sus caderas enfatizando sus redondeadas y contorneadas líneas. Antonio la observa deleitándose con aquel paisaje.

— Deja de mirarme, pásame mis botines y el vestido. —Ordena la mujer simulando estar molesta.

El hombre risueño le lleva el atuendo y se acerca para abrocharle aquel ajustado artilugio mientras la acaricia.  Finalmente estaba vestida con el traje que le daba una apariencia de “reloj de arena”, arriba la blusa color crema con las abombadas mangas hasta el codo luego la pequeña cintura que separaba la parte inferior, una falda ocre larga  acampanada dándole volumen.

—No te quites el corsé cuando llegues, prométeme que me vas esperar para ayudarte a desvestirte. —Le susurra al oído.

—Voy a ver si el desayuno está listo y te llamo. — Le dice sin contestarle, recogiendo el abanico de la peinadora.

Saldría con pasos rápidos de la habitación, llevaba prisa, antes de cerrar la puerta le observa el uniforme de gala que le asentaba tan bien, sin saberlo va al encuentro con su destino.