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viernes, 22 de abril de 2022

Duelo entre Sanadoras. Capítulo XIII El sendero del aprendizaje

 


En ese viaje a la India, Karla transitaría por lo que se conoce como un proceso de iniciación, preparación, culminando con una consagración.


                                                     Templo en la India. Fotografía de IGMO

Durante treinta días asistiría a una Universidad, en el cual diariamente recibiría enseñanzas de conocimientos y sabiduría, para luego meditar en el Templo y proceder a la práctica mediante rituales diferentes enfocados en el tema con el fin de lograr modificar la programación que conduce al despertar, y alcanzar un nuevo don, este último totalmente extraño para mis conceptos del ser sanador.

Los pueblos indígenas ancestrales aprendían a desarrollar sus dones mediante enseñanzas obtenidas de sus ancestros en retiros realizados en lugares apartados, allí danzaban al son de instrumentos musicales, como las guaruras de mano e incluía ingesta de alucinógenos naturales o aguardiente como el cocuy para entrar en trance; estos rituales provenían de la mezcla indígena con los africanos, conocido como sincretismo que no es más que la conciliación entre diferentes culturas o religiones. Otros pueblos antiguos, como los iniciados en las pirámides, quienes adoraban a sus propios dioses, recibían enseñanzas, prácticas y sacrificios, como se puede entrever en algunos jeroglíficos dejados por ellos. 

Aunado a esto, existen otros aprendizajes o estudios iniciáticos, tales como consagraciones espirituales con la intervención de Venerables Maestros físicos y Maestros Ascendidos, así como de Bhagavanes en la tradición hindú, o Maestros de la cultura China que permiten adentrarse al mundo espiritual, sin necesidad de consumo de drogas ni alucinógenos, ya que con la debida preparación y meditación profunda se puede lograr el éxtasis.

Al entrar en este sendero de aprendizaje se le advierte al discípulo que es un proceso duro a partir del cual se enfrentará a un mundo completamente distinto al suyo, debiendo adaptarse a unos nuevos principios, difíciles de aceptar al comienzo, por oponerse a sus creencias y opiniones personales, a veces muy arraigadas. Esta entrega espiritual implica tomar una decisión voluntaria e individual de dedicarse en vida, alma, mente, cuerpo y corazón a la Divinidad.  Para el aprendiz es pasar del plano terrenal a la realización psíquica y espiritual, alcanzando otros niveles mediante la práctica constante de la misericordia y la compasión.

Este progreso culmina en una Consagración, cuya formalidad se realiza mediante un ritual ceremonial con altos Maestros de Luz, en el cual se reciben dones y bendiciones. A partir de este momento el consagrado emana de manera natural un respeto hacia sí mismo, que se expande en el recinto donde se preste el servicio. Consagrarse significa priorizar la vida espiritual sobre lo material, aun cuando existan innumerables tentaciones.

Karla no solo estaba bautizada por rosacruces, sino además consagrada como Sanadora Cuántica Holística, igualmente en el TAO, que es una corriente filosófica, y formada como dadora de bendiciones, en la India.  

Contándome sus experiencias en cada una de ellas, entre las cuales estaría la de sanadora cuántica de la escuela de enseñanzas dirigida por un Venerable Maestro, quien luego de realizarle una imposición de manos sobre su cabeza, canalizando a altos maestros de quinta dimensión, luego de lo cual le fue indicado que se acomodara en una silla con los ojos cerrados y esperara hasta que recibiera los conocimientos que le serían transferidos. Ella me referiría que una vez sentada,  concentrada en los movimientos de la respiración, entraría en un estado de meditación profunda que le permitiría modificar la frecuencia celular de su cuerpo  comenzando a tener acceso a los aspectos más elevados de su ser, sería una maravillosa experiencia al sentir que trascendía el espacio físico y entraba a otra zona desconocida, inmaterial pero placentero y lleno de paz, veía su cuerpo rodeado de una capsula de luz en forma de estrella palpitante desplazándose por una sucesión de planos caleidoscópicos de colores intensamente brillantes y con diferentes formas geométricas, finalmente alcanzaría un lugar donde sería recibida por veinticuatros sabios que le irradiarían una especie de bendición en forma de energía lumínica que le penetraba por la parte superior de la cabeza, estableciendo una conexión con estos maestros de la medicina cuántica, comprendiendo que la fuerza sanadora es un poder que Dios otorga para servir a los demás.

Este don está vinculado a dos órganos situados en el cerebro: la glándula pineal o tercer ojo y la pituitaria o hipófisis, considerado el asiento del Espíritu de Vida, este último íntimamente ligado con el principal Sendero Místico que conduce a la Iniciación. Según los místicos el despertar de esta glándula es uno de los más importantes procesos que se ha de llevar a cabo para el desarrollo de los femeninos poderes: Amor, íntimamente ligado a la Sabiduría del espíritu y poder lograr los objetivos de evolución espiritual. Los seres humanos fueron creados por Dios con un cuerpo, un alma y un espíritu.

Sin embargo no podía evitar pensar que lo que me refería podía tratarse de una alucinación o estado alterado de la conciencia donde la percepción de la supuesta realidad experimentada por la persona no corresponde a ningún estímulo proveniente del entorno físico a su alrededor, todo está en su mente, lo cual es diferente a la ilusión donde si existe un factor externo real que se percibe pero de forma distorsionada o el delirio que es una falsa creencia a pesar de que las evidencias existentes demuestren que eso no es así, como por ejemplo el delirio de persecución en el cual una persona cree ser seguida o perseguida por alguien y esta sensación no cede con el razonamiento de los hechos. En los casos mencionados puede ser explicado por ingesta de una droga estimulante, las llamadas psicotrópicas como la marihuana, cocaína, ayahuasca, o tratarse de una enfermedad mental. 

Pero su vivido relato, el hecho de haber observado durante nuestras pláticas la ausencia de otros síntomas asociados a problema mentales, además de notar sus amplios estudios en la materia, me llevó a catalogar esas experiencias como verdaderas, que no tenían nada que ver con enfermedad o drogadicción, sino con otras realidades desconocidas para mí.  

Gracias a ello, advertí que el Acto Protocolar de Graduación como Médico Cirujano es en sí un ritual de consagración, al ser igualmente un evento solemne que se inicia desde la entrada al Auditorio, donde una vez que se impone la medalla entras como en un estado alterado de conciencia, el cual Karla me definió como un “estado de contemplación”, momento en que se realiza un compromiso ético para toda la vida.

Percatándome al mismo tiempo de que existen diferentes distintivos, unos más evidentes que otros, que identifican a ambas profesiones de sanadores; en el médico tenemos el Esculapio, un antiguo símbolo asociado con el dios griego Asclepios y con la curación de enfermos mediante el uso de la medicina, representado por una vara con una serpiente enrollada a lo largo, detentado por este a partir de su graduación, reconocido por las personas quienes al verlo manifiestan respeto hacia el profesional que lo porta. A veces advertía cambios de actitud en los individuos cuando detallaban mi anillo de graduación con el símbolo del Esculapio.

Por otro lado los sanadores espirituales son muy discretos debido a los estereotipos que los enmarcan como hechiceros o hechiceras. Karla no usaba ninguno visible, sin embargo uno que en mi opinión le calzaría a la perfección sería la Triqueta por ser una figura con tres planos: físico, mental y espiritual que además representa la vida, la muerte y el renacimiento o reencarnación, así como estar asociado a la fertilidad, se considera que este símbolo tiene poderes curativos y de bendición, por lo que se usa en rituales de sanación. Debido a que ambos calzan perfectamente para identificarnos como tales a cada una dentro de su campo, razón por lo cual los empleo en la portada de este escrito.

Generalmente el simbolismo es detentado más por un comportamiento que por una imagen externa, como lo sucedido a Karla mientras visitaba a un amigo hospitalizado en un Centro Medico de la ciudad, casualmente llevaba un vestido blanco que aunado a su lenguaje corporal, de apariencia de dominar un saber divino, similar al de un médico, provocaría una confusión exacerbado por el hecho de que al entrar, se dirige al enfermo preguntándole ¿Cómo está mi paciente? Estando cerca los jóvenes médicos residentes realizando la Revista Médica, creyeron que Karla era la especialista que venía a examinarlo, acercándose ellos inmediatamente a darle el reporte del caso, como corresponde al rango que se suponía detentaba y que representaba a la perfección, proceden a explicarle toda la historia médica del paciente con exámenes de laboratorio y demás paraclínicos, detallados minuciosamente, mientras ella escuchaba silenciosa y atentamente, lo cual los condujo a ratificar que ciertamente estaban en lo cierto, gracias a este simbolismo subliminal, oculto a los ojos de las personas.

Karla me impulsaría a meditar que si somos capaces de aceptar la teoría de Einstein, de que la masa es igual a energía, esto implicaría que es posible transmutar nuestra materia terrenal hasta convertirnos en “seres de luz” o poderosos magos. La facultad de manipularla, manejándola a voluntad posibilita la unión entre poderes cósmicos, el hombre y su naturaleza terrenal, gracias al conocimiento obtenido, entonces, ¿Había logrado esto Karla? Para responder esta interrogante es necesario desglosar un poco el complejo campo de los Rosacruces. 

Rosacruz es un término que se refiere originalmente a una legendaria orden secreta, dispersas por el mundo y que hoy día están agrupados en numerosas organizaciones esotéricas, normalmente denominadas fraternidades u órdenes. Se conoce que usan rituales ligados, por lo menos en sus formas, con la francmasonería y reclaman ser los herederos de la legendaria Orden Rosacruz, conocida desde  el siglo XVII.

Los símbolos asociados a los Rosacruz son múltiples, generalmente suelen estar integrados por diferentes combinaciones de una o más rosas decorando una cruz, junto al cual puede aparecer un triángulo doble o una estrella. En otros casos es simplemente una cruz, a veces dorada, con una rosa en su centro e incluso puede tratarse simplemente de algunos símbolos geométricos como el círculo, el cuadro y el triángulo, unidos en uno solo. En otras ocasiones la rosa o la cruz pueden estar adornadas con símbolos cabalísticos o alquímicos, a veces se pueden ven  símbolos egipcios. Por lo tanto, podría decirse que el distintivo utilizado para representar el término Rosacruz varía dependiendo de la fraternidad que lo utilice, y de su naturaleza.

Una de las más antiguas organizaciones rosacruces de la época moderna es La Fraternitas Rosae Crucis, cuya doctrina enseña que hay un solo Dios, Creador y fuente de todo. Afirman que en cada individuo existe sumergida una partícula del elemento divino, una chispa divina, considerada como el alma.

Por otra parte, Dios concedió el libre albedrío al ser humano y la posibilidad de disminuir o hacer crecer esta pequeña chispa a través de los pensamientos, deseos y acciones. La vía para desarrollar el alma consistiría en transmutar la naturaleza inferior humana y al mismo tiempo hacer crecer el sentimiento de amor en el interior de cada individuo. Vemos dos elementos claves: la dedicación al desarrollo de estas facultades y el amor. Actualmente la Fraternitas Rosae Crucis se encuentra presente casi de forma exclusiva en el continente americano.

Otra organización, la Societas Rosicruciana in Anglia (S.R.I.A.), exige que para pertenecer a sus filas, el candidato debe ostentar el grado de maestro masón y declararse además como cristiano.

Por otro lado, la Orden Hermética de la Aurora Dorada, se dedica a estudiar todos los aspectos de la Tradición Hermética, incluyendo la magia ritual (teúrgia), alquimia, astrología, cábala, tarot, geomancia y cristianismo esotérico, así como los misterios egipcios, enoquianos, griegos y caldeos, pertenecientes a las antiguas tradiciones ocultistas.

En junio de 1890 la "Orden Cabalística de la Rosacruz", creada en 1888, se divide anunciando la creación de una nueva Orden conocida como “Rosa Cruz Estética” cuyos propósitos eran de “centrar su esfuerzo de Luz en el plano artístico”. Esta nueva organización recibió el nombre oficial de “Orden de la Rosa Cruz del Templo y del Grial”, aunque también se la denomina como “Rosa Cruz Católica” por estar íntimamente relacionados con esta religión, teniendo como objetivo “la realización de obras de misericordia según el Espíritu Santo, cuyos miembros se esfuerzan en aumentar la Gloria y preparar el Reino.

La Fraternidad Rosacruz una nueva Orden fundada en 1909 se define como “místicos cristianos” y su propósito es propagar el conocimiento sobre el origen, evolución y fin último del ser humano y del universo, intentando actuar como un nexo de unión entre la ciencia y la religión. Paralelamente también transmiten una enseñanza de tipo astrológico. Tienen por lema: “Una mente pura, un corazón noble, un cuerpo sano”. 

La Antigua y Mística Orden de la Rosa-Cruz fundada en 1915, es probablemente una de las organizaciones rosacruces modernas más importantes del mundo. Su nombre original latino es "Antiquus Misticusque Ordo Rosae Crucis", aunque es conocida como AMORC. Son una organización tradicional, filosófica e iniciática que conservan el conocimiento transmitido por los Rosacruces e iniciados del pasado a través de los siglos. AMORC se considera herederos espirituales de las Antiguas Escuelas de los Misterios que florecieron en Babilonia, Egipto, Grecia y Roma, reivindicando un lazo tradicional con el Antiguo Egipto, pero por otro lado, también uno de tipo histórico con los primeros rosacruces del siglo XVII.

 Según esta organización, los métodos de curación Rosacruces se derivan de las técnicas usadas por los antiguos egipcios, una de las cuales, es la transferencia de energía del curador al paciente, mediante la aplicación de vibraciones curativas en ciertas áreas del cuerpo del paciente. Es evidente que el curador debe ser entrenado por muchos años, de estudios, dedicación y prácticas. Aquí se revela el elemento del secretismo que caracteriza a esta organización y sus miembros.

Estos egipcios ancestrales comprendían sobre las energías utilizadas durante la creación del universo,  conocimiento que fue revelado por Hermes Trimegisto (de existencia mítica para muchos) en uno de sus escritos más breves y más famosos: la Tabla Esmeralda, donde se encuentra el secreto acerca de la “Prima Materia”, o energía esencial del Universo. Los antiguos sabios enseñaban que dicha materia prima aún existía como “sustancia vibratoria” alrededor nuestro y que con el entrenamiento apropiado se podía dirigir dicha energía para producir efectos maravillosos.

Hermes decía que “este es el más poderosos de todos los poderes, la fuerza de todas las fuerzas, porque conquista todas las cosas sutiles y puede penetrar todo lo sólido. Porque así fue el universo creado, y con él combinaciones raras y maravillas de muchas clases se pueden producir”. 

La tradición curativa de los Rosacruces se evidencia claramente en un libro de comienzos del Siglo XVII llamado la “Fama Fraternitatis”, que contiene las reglas de la fraternidad, descrito en seis artículos, el primero del cual era: “Que ninguno de los hermanos debía profesar públicamente (como rosacruz) ninguna otra cosa que curar a los enfermos y eso debía hacerse en forma gratuita”. 

Esta regla nos revela la importancia de la labor curativa de los Rosacruces a través de la historia y también nos permite comprender la inclinación de Karla hacia la sanación, por ser su padre y mentor practicante de esta filosofía lo cual le abrió las puertas al desarrollo de sus facultades paranormales a través del conocimiento de los ocultos secretos de la transmutación de la naturaleza inferior humana hacia un nivel superior, el manejo de las energías, y otros más que desglosaremos más adelante.


                                                Desarrollo de facultades. Fotografía GCOC

jueves, 7 de abril de 2022

Duelo entre Sanadoras Capítulo XII Karla, la sanadora.

 

Descifrar a Karla implicaba no solo conocer sobre temas de espiritualidad o magia, era ir a sus orígenes, a su entorno familiar y las circunstancias experimentada en su vida personal. Al plantearle el tema, el cual era muy íntimo, me sorprendió la naturalidad con que lo abordo, parecía estar esperándolo.  

Ella había nacido en un hogar de clase media, a simple vista común y corriente, pero hasta allí llegaba lo usual, en la historia que narraba, poco a poco comenzaba a surgir lo inusitado, comenzando por el hecho de que su padre practicaba los conocimientos iniciáticos de orden espiritual conocido como Rosacruz y sería bautizada, siendo apenas una bebe de unos cuantos meses, dentro de esta corriente mística, recibiendo el nombre de una sacerdotisa de esas enseñanzas, una tradición en ellos. Aquí debo aclarar que Karla es un nombre ficticio y no corresponde al de la sacerdotisa.

Creciendo en este hogar con una mente abierta a los fenómenos paranormales, habiendo notado sus padres la manifestación de dones por la sanación a través de la imposición de manos que continuamente aplicaba a su abuela cuando sentía los fuertes dolores de cabeza de la migraña que padecía crónicamente, calmándola al poco tiempo de iniciar las maniobras que era casi imposible de lograr aun con medicamentos. Karla, entonces una niña de siete años, lograba aliviar aquel dolor de su abuela, intenso y con efectos secundarios como nauseas, vómito y fotofobia, esto es intolerancia para ver la luz. Otro era la premonición que sería evidente cuando salían en carro con sus padres y ella siempre iba describiendo anticipadamente el camino, al advertir que esto era de forma repetitiva y no era un hecho casual, lo cual no dejaba duda que la niña poseía dones, por lo que sería estimulada para el estudio de estos conocimientos. Coincidencialmente estas facultades comienzan a manifestarse a raíz de un suceso donde sufre un traumatismo craneoencefálico jugando con otra niña a girar agarradas de las manos, soltándose accidentalmente y golpeando la parte posterior de la cabeza contra la pared quedando momentáneamente inconsciente.  

En una mudanza a otra ciudad realizada por razones de trabajo de su padre, teniendo Karla ocho años de edad, relataría con detalle asombroso el paisaje de la carretera, las montañas, los árboles, los avisos en las vallas, incluyendo las curvas, y así como la casa donde vivirían, el jardín y el patio. Años después, de regreso a su ciudad natal teniendo once años, su padre le regalaría una colección de libros sobre cómo desarrollar los dones sagrados. Con ellos aprendería de forma autodidacta, entre otras cosas, a realizar viajes astrales, con experiencias emocionantes, pero también con seres malignos pasando un gran susto, pudiendo regresar por conocer la fórmula para hacerlo, por este hecho dejó a un lado esos libros temporalmente.  Luego entro en contacto con dos grupos de enseñanzas espirituales, uno que daban conferencias acerca de pasajes bíblicos, descubriendo posteriormente que eran charlatanes, retirándose de ellos. El otro grupo con el que se relacionó sería uno de origen Hindú, cuyo líder en ese entonces era llamado “Gurú Maharayí”, en la actualidad es un prestigioso Venerable Maestro y Embajador de la Paz,  sin embargo, dejo de asistir a sus enseñanzas por la lejanía en que se encontraba la casa de reunión y la dificultad de trasladarse pues aún era una niña. Debido a esto decide luego iniciarse por cuenta propia en el camino del misticismo a través del estudio de la Biblia logrando una conexión profunda con Dios.

Más tarde, siendo una mujer, sufriría nuevamente pérdida de la conciencia con aparentes convulsiones, al consultar con el médico detectarían que tenía una fisura en la región occipital del cráneo. Karla me aclaró que lo acontecido en ese episodio no correspondían a esta patología como tal, sino que hubo una desconexión entre su cuerpo y su espíritu; ella observaba desde lo alto del techo lo que estaba sucediendo a su alrededor mientras permanecía en ese estado, flotando con aquella sensación de haberse liberado del peso de su cuerpo y convertirse en un ser etéreo lleno de luz por lo que su espíritu quería seguir fuera de la materia mortal.  Mientras esto le ocurría a ella su padre se da cuenta de que sus signos vitales se estaban desvaneciendo y hace lo posible por regresarla; es entonces cuando su espíritu bajo al cuerpo, pero de inmediato volvió a salir, en ese proceso su padre lo percibió como una convulsión, luego en el siguiente intento es cuando finalmente recobra la conciencia y despierta. ¿Acaso este evento exacerbó sus poderes?. Poco a poco como cuando amanece y sale el sol, comienzan a manifestarse otras cosas extraordinarias en ella.

La entrada a la adolescencia fue un tanto difícil para Karla, problemas existenciales que la llevarían por un sendero del ir y venir en cuanto a sus creencias hacia Dios y la vida que ella estaba experimentando, estando consciente de los diferentes caminos que se presentaban y viviendo muchos tropiezos por no tener una adecuada orientación en esa etapa de la vida ya que era prácticamente autodidacta. En esos senderos del bien y del mal, inicia su vida mundana, una etapa llena de experiencias buenas, otras duras, con altos y bajos, polémica, rebelde, bohemia, hippie, pero la etapa romántica y la experiencia pasional la marcarían para siempre.

Karla tuvo un cambio de rumbo tajante con la llegada del amor, prescindió temporalmente de su espiritualidad dando prioridad a esta relación, se empeñó en lograr nuevos propósitos, una vida diferente a la experimentada hasta ese momento, llevar una existencia normal como cualquier otra joven común y corriente, sin aquella carga de fenómenos paranormales que provocaban resquemor dentro del entorno juvenil que frecuentaba en ese entonces, quería ser aceptada y para eso debía poner punto final a aquella etapa de estudios iniciáticos difíciles de entender por el común de la gente. Pero algo sucedió, al apartarse de sus dones perdería la facultad de premonición o presentimientos que siempre le advertían sobre algún peligro. Se enamora por primera vez, lo hace de una forma total, desprendida e inmediatamente hace planes para una vida en pareja pero, resulto que él no compartía estos proyectos, le explicaría que no estaba preparado para asumir una familia pues estaba dedicado a su profesión y darse a conocer en el medio en el cual se aspiraba desarrollar su creatividad de artista, ser famoso, conocido, que no tenía en ese momento como afrontar  una responsabilidad como aquella y además no le correspondía con la misma intensidad, su amor era diferente, físico y no sentimental. Karla queda devastada ante esa confesión, era muy joven y estaba embarazada por primera vez, decide asumirlo sola y no le notificaría a él, queriendo lo mejor para su hijo, evitar que la experiencia negativa recayera en su espíritu, una especie de karma, se dedicaría a través del estudio de la Psicocibernetica a visualizar la imagen de ese niño, programar su inteligencia y dar vida a un bebé sano y feliz, con una sorprendente genialidad, resultando que desde los seis meses de edad demostraba ser muy despierto y con dones autodidactas.

A Karla le tocó vivir con sus padres en esta etapa, dar atención a su pequeño hijo, salir a trabajar, y estudiar una carrera universitaria.

Con el correr del tiempo, siendo madura y con otras perspectivas del amor conocería una nueva pareja con la que se casaría. Al decidir independizarse junto a su hijo, experimentaría un drástico y repentino giro en su vida, se muda al campo, a una casa de paredes pintadas de blanco con puertas y ventanas de azul, situada debajo de una verde colina, allí nuevamente comienza a experimentar la clarividencia y episodios de precognición de forma diferente a los de la niñez por estar más consciente, fenómenos facilitados toda vez que estaba en contacto continuo con la naturaleza, tanto de flora como de fauna, un ambiente que le proporcionaba paz y además una sensación de realización en lo personal por su matrimonio. 

Al cabo de unos años tiene su segundo embarazo, el cual perdió en una caída aparatosa al descender por una ladera de la colina, entristeciéndola enormemente; entonces comenzó a escuchar las risas y el correteo de un niño feliz a su alrededor, era de un pequeño, que se abrazaba a sus piernas, y así sucedía noche tras noche, Karla reconociendo que ese angelito era su hijo no nacido, una noche al sentir su llegada, cuando estaba sobre su regazo, decide agarrarlo, logrando tocar sus piececitos; esto la lleno de gran emoción y le dijo que lo amaba. Esa fue la última vez que se presentó, allí se cerró ese ciclo de sensaciones y sentimientos encontrados, dando paso al deseo de un tercer embarazo, pero la concepción se dificultaría por una infertilidad secundaria. Por esas cosa de la vida que llamamos destino, casualidad, pero que en Karla es una manifestación de sus sentidos extrasensoriales; un día conoció a una señora que misteriosamente le abrió su casa y su corazón, de inmediato le pregunto si deseaba concebir otro hijo, y le contó cómo ella había logrado tener a los suyos mediante un brebaje chamánico cuya fórmula era secreta, sin embargo inexplicablemente se lo suministró de manera generosa, ¿Acaso la identificó como una persona con dones?.  Por otra parte, una amiga de Karla le contaría que había concurrido a una imposición de manos para quedar embarazada, y la invita para asistir a una sesión. A un mes de esta sanación y de la ingesta del brebaje, ella estaba finalmente embarazada. Esta fórmula secreta chamánica de la fertilidad es utilizada por ella en su práctica de sanadora.  

Dándose cuenta su esposo de los dones de Karla, la incentiva a acudir a charlas de metafísica, información que casualmente le había llegado a él, retomando de nuevo el camino espiritual. Vendrían otros penosos acontecimientos como la enfermedad de un ser querido con un cáncer en fase terminal, del cual estaba alejada mas no había perdido contacto, a quien va a visitar estando hospitalizado, efectuándole una sanación con imposición de manos empíricamente con resultados asombrosos en el alivio del intenso dolor, sin embargo no incidió en el desenlace fatal pues estaba escrito en la línea de vida de su amigo. En ese entonces aún no había realizado estudios formales como sanadora.

Esta situación vivida sería clave en el sendero a elegir, al cual se dedicaría de lleno a partir de allí, una serie de acontecimientos encadenados fueron calzando en su vida paulatinamente. ¿Fortuito o destino? A Karla le comentaron que otra sanadora había estado en el hospital un tiempo atrás, dicha mujer había logrado una mejoría, no solo en su amigo sino también en otros pacientes, pero no había regresado más.  Sintiendo gran interés por entrar en contacto con ella realizaría una intensa búsqueda en la ciudad hasta dar con la dirección donde se encontraba, resultando ser un hospital de sanación donde acudían las personas en busca de mejorar su salud. Al entrevistarse con el maestro, el cual eventualmente formaba grupos para dictar enseñanzas a nuevos sanadores, sería iniciada en sus primeros estudios formales sobre Sanación Cuántica, esto sucedió posterior a un fenómeno paranormal experimentado por ella. 

Consecutivo a la separación de su segunda pareja, relación que se había transformado en incompatible debido a la toma de conciencia por parte de ella de lo injusta que había sido pues el amor que sentían el uno por el otro no era equilibrado, no se correspondían mutuamente con la misma intensidad, o mejor dicho ella no lo amaba, lo quería, le agradecía haberle dado alas para volar del hogar de sus padres, enfrentar esa realidad fue duro pues sus principios místicos y la necesidad de evolucionar le exigían ser honesta consigo misma y con su pareja, una buena persona que merecía más,  por lo que un día finalmente le diría: “¡Vete! Te doy mi Paz y yo me quedo en Paz”, y se hizo el silencio. Allí hubo una transformación interna para ella, un cambio de sentimientos, después de lo cual se le abrirían los caminos para ir a la India, donde tendría maravillosas experiencias para su crecimiento espiritual, que paulatinamente me iría revelando a medida que transcurría el duelo entre nosotras.


Karla, la sanadora. Fotografía de IGMO