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sábado, 25 de noviembre de 2017

Capítulo 55 Cabimas, marca la ruta.

Helena se apresura a cruzar la calle mientras ajusta el sobretodo a su cuerpo para evitar que la lluvia la moje, con la otra mano coloca la cartera sobre el elaborado moño que usa de peinado, muy de moda en esos años, va rumbo al comedor escolar situado en Los Caobos donde la esperan sus compañeras para almorzar, es mediado del 45, estaba en la Caracas de Medina. En Barquisimeto su hermana Lourdes también corre apresuradamente para alcanzar la acera donde se localizan los estudios de impresos y fotos Capitol de sus amigos los hermanos Reyes Yañez, oriundos de Aguada Grande al igual que ella y su familia, su propósito era hacerse una postal con estos pioneros en esta técnica quienes habían impuesto la moda en Barquisimeto, consideradas más que una simple fotografía, perdurable y resistentes al paso del tiempo, usadas para ser enviadas por correo al mundo entero, debido a lo formal del acto se había elaborado un moño alto, similar al que llevaba su hermana en Caracas, colocado un vestido con encajes en el pecho y maquillado para esta fotografía. Nuevamente la familia Anzola-Castro, se mudaban, esta vez a Cabimas, atraídos por el auge petrolero, ante la inminente separación, había decido dejarle una de estas postales de recuerdo a su sobrina mayor, Clementina, no sabía cuánto duraría la separación, pero presentía que sería larga, no quería que la niña la olvidara, comenzaba así otra página de la historia familiar, retrato de la Venezuela cambiante de esos años, era una época de numerosas oportunidades.
Su hermana Roselia y su esposo Andrés los habían animado a irse y ofrecido alojamiento lo cual facilitaba la decisión. Las familias eran numerosas y nadie molestaba, la comida no era un problema, menos para Roselia quien tenía un carácter muy solidario, alegre y social, adorabas a sus hermanos, tanto así que se había hecho cargo de Francisco y Neptalí, este último un hermano de crianza, ambos jóvenes solteros. A ellos se sumaría su hermana Lourdes y su familia, conformada por su dos hijas adoptivas, Mireya de 15 años, hija de una empleada de El Toronal, llamada La Toña quien se la había dado para que la criara, una costumbre desde la colonia, y Judith de apenas 3 años, además de Mariíta la madre de la niña, criar muchachos no se consideraba una carga económica, siempre había un plato de comida sobrante. Roselia en Cabimas, algo ansiosa mientras espera la llegada de su hermana y su familia, enciende un cigarrillo, su amigo y maestro en fumar, el Dr Bousquet, la ayuda a encenderlo. El recibimiento era con un almuerzo en familia que contaría con la presencia de todos sus amigos, parrilla, bebidas, un gran festejo para hacerlos sentir en casa.
Pablo se instala y abre un taller con los ahorros que trae, al poco tiempo lo vende al Consejo Municipal, quedándose como jefe, después se iría a trabajar como mecánico de las gabarras petroleras, los sueldos eran altísimos, más rentable que tener un negocio privado.
Debido a que las viviendas que les otorgaban en los campos petroleros eran de solo dos habitaciones, algunos empleados se mudaban a vivir en las comunidades que se formaban en sus alrededores. Siguiendo esta práctica, la numerosa familia se va a una granja en las afueras de Cabimas, cerca del cementerio, donde nacería la segunda hija del matrimonio Anzola-Castro, llamada Gloria.
Aquí ocurre la trágica muerte de Mireya. Estaba en plena adolescencia, nadie había notado el ensimismamiento en que había caído la muchacha. Un día desaparece, después de varios días de intensa búsqueda, finalmente su cuerpo fue encontrado en los alrededores de la granja, por un “mal de amores” se había suicidado mediante un disparo en la cabeza, usando una pistola que Andrés guardaba para defenderse, sus actividades políticas de carácter clandestino eran riesgosas. Esto causo un gran sufrimiento a Mamayu.
Al conformarse esta colonia Castro en Cabimas, las romerías para ir a visitarlas eran frecuente, mi mama Helena, la prima Haydee, mis tías Bolivia, Rosario y Yolanda pasaban temporadas con ellas. Hasta Ana y Teodoro, poco amigo de los viajes, irían atendiendo insistentes invitaciones de ellas, harían tres viajes, el primero en autobús y luego dos más con Teodoro, manejando el su carro, pues le daba miedo que Ana lo hiciera. Yolanda Castro conocería allí a su marido, un danés venido a las petroleras en busca del oro negro. Cabimas era un hervidero social y económico.
En uno de esos tantos peregrinajes, iría la tía Pancha a visitar a sus sobrinas, era como una madre para ellas, la acompaña su hija Haydee. Enterándose Mercedes Elena, una rubia muchacha oriunda de Aguada Grande la cual Francisco había conocido allí, quedando ambos flechados como se decía en aquellos tiempos, o sea enamorados, suplica que la lleven con ellas pues la tía Panchita era conocida por la familia de la muchacha y le darían el permiso, única manera de verlo otra vez. Al encontrarse en Cabimas, al mejor estilo de novela romántica, después de la larga separación, se lanzarían en los brazos del otro, reanudando los apasionados amores y ante la inminente nueva separación, Francisco decide irse con ella para casarse en su pueblo natal, era el año de 1947. Gracias a esta ayuda Panchita seria nombrada madrina del matrimonio en agradecimiento.
A finales de ese año de 1947 ocurren las primeras elecciones generales, secretas y universales en Venezuela, compiten tres candidatos Rafael Caldera por COPEI, Rómulo Gallegos por AD y Gustavo Machado por el PCV o partido comunista, legalizado apenas dos años antes. Esta contienda se realiza con una alta participación de la población y se convierten en una fiesta democrática, dándole un gran impulso a esta campaña electoral las tarjetas con los colores representativos de cada partido político, que aparecen por primera vez en el país, el blanco de AD, el verde de COPEI y la roja del PCV. Mi tío Andrés se mete de lleno en esta campaña, la emoción es grande, tanto es así que  lleva a sus cuñados, esposa y una amiga de ideas afines, a fotografiarse con las propagandas del partido comunista y la invitación a votar por la tarjeta roja, toda una novedad, por primera vez, Andrés y su grupo de amigos trabajadores de las petroleras que pertenecían a este partido, salían de la clandestinidad a una contienda pública. 
A inicios de 1949 Bolivia Castro, recién casada, se muda a esta región, de donde era oriundo su marido, el zuliano Pedro Méndez, sumándose así al gran grupo familiar, compartirían paseos a la playa, al club de la VOC, en el país se respira paz y existe una gran bonanza.
Más tarde, Andrés funda la farmacia “Razetti”, en asociación con su cuñado y médico el Dr. Carlos Arapé, casado con Albertina Sánchez su hermana, se traen nuevamente a Francisco ya casado, como administrador. Andrés también impulsa a sus hermanos Sánchez a mudarse a Cabimas, así llegaría Luisa Elena Sánchez quien se casaría en Cabimas con el Br. Anselmo Reyes, el recitador de los cien barrios Cabimeros, ejercería posteriormente el cargo de Director del diario Panorama de Maracaibo en el año 1954. También Juan Sánchez, Odontólogo, casado con Yolanda Paredes, muy apreciada por Roselia y sus hermanas, las cuales mantuvieron una amistad que duro toda la vida, la hija mayor de ellos, Lorena, se casaría con el hijo mayor de la morocha Adelina, Martin Enrique.
Las dos hermanas viajaban con frecuencia a Barquisimeto para asistir a los eventos familiares y las navidades. Estos viajes los hacían en una línea de autobús llamada RC. En Venezuela la gasolina era barata, aunado a esto Venezuela había tenido una explosión demográfica significativa y la movilidad de la población era intensa, los autobuses tenían una mayor capacidad de pasajeros y se hacen muy populares como medio de transporte masivo. Ana Dolores recuerda haber viajado en uno de ellos, también Haydee Ramírez junto a su madre la tía Panchita.
Posterior al golpe militar que derroco al Presidente electo, instalándose nuevamente una dictadura en el país, en mayo de 1950 el PCV organiza una huelga petrolera en protesta por el alto costo de la vida programada para durar 48 horas, pero acabó por extenderse, haciendo que el régimen decretara la ilegalización del PCV junto a su órgano de publicación, la revista Tribuna Popular, así se da inicio a una escalada de persecución, encarcelamiento y asesinatos de varios de  los dirigentes del PCV y AD; entre los perseguidos estaba Andrés Sánchez, buscándolo la Guardia Nacional en la granja donde vivían, a quien no encuentran pues se había escondido en otro lugar, nuevamente es un perseguido pero esta vez por razones políticas y no por contrabandista.
La prima Haydee, recuerda que el gobierno mandaba a entrar a las casas de los sindicalistas y les rompían los recipientes de leche, saqueándoles los alimentos para obligarlos a reincorporarse al trabajo, si querían cobrar para comprar los víveres para no morirse de hambre. Debido a estos peligrosos acontecimientos, además del asesinato de Delgado Chalbaud, el 13 de noviembre de ese año, Mamayu junto su esposo Pablo Anzola, deciden regresar a Barquisimeto. Retornan a la casa de la carrera 19 con calle 42 y monta otro taller mecánico, el célebre “Garaje Anzola” situado en la carrera 19 cerca de su casa. En 1951 se mudan a una vivienda situada en la urbanización Bararida
Andrés y Roselia se mudarían de la granja a la urbanización Marcano, para pasar desapercibidos, allí vivirían casi 10 años. Roselia viene a Barquisimeto en varias oportunidades, una de ellas para el día del matrimonio de su hermana Bolivia, donde se toman una foto donde están todos los hermanos en 1949, vienen también para el matrimonio de su hermana Rosario en 1952 y luego al de la prima Haydee en 1953. Está en Barquisimeto para la muerte de su padre Pancho Castro en 1955 cuando le hace el juramento de cuidar El Toronal y nunca vender para preservar su historia, fue su última voluntad.
Tiempo después, en el año 1960 deciden regresar a Barquisimeto debido a que Andrés continua siendo un perseguido por sus ideas comunistas, residenciándose en la casa de la 37 con mi tía Ana y tío Teodoro. Junto a ellos se vendrían todos los familiares y amigos, unos a Barquisimeto, otros a Caracas y mi tío Francisco a Valencia, pujante ciudad industrial. Las vivencias recogidas en Cabimas serían determinantes en sus vidas, gracias a ellas arrancarían en el moderno mundo con señorío.  
Mi tía Roselia se convierte en la organizadora de las fiestas, le gustaba sobremanera, era el alma de ellas, disfrutándolas a plenitud, bailando, fumando y tomando su licorcito, hábitos que aprendió en con sus amigos del Club Social de la VOC. Paulatinamente retoman sus actividades en la ciudad, Andrés monta primero una librería y luego una fábrica de ventanas, Roselia se dedicaría a la recuperación de El Toronal abandonado desde hacía 5 años, era incansable, insistente, todo el que llegaba allí tenía que hacer un trabajo de reparación. Hijo ud no sabe cómo se arregla esto?, preguntaba con voz amorosa, por supuesto no aceptaba un “no se” o un “no se puede” de respuesta, se colgaba en tu brazo a explicarte lo que ella necesitaba  y como pensaba que se podía hacer, hasta que la persona cedía y decía, si tía yo resuelvo. Acto seguido lo premiaba, sirviéndole un ron con soda y limón o una cerveza bien fría y le anunciaba a todos los presentes que el problema lo resolvería esa persona y todos debíamos estar pendiente de que así fuera.
Ella con su forma de ser, diplomática, generosa, alegre, nunca decía lo que había aportado para recuperar El Toronal, se convierte en su motor, cuando se hacía un pote para compartir los gastos, siempre se ofrecía para hacer las compras y pagaba ella, luego repartía según su criterio de quien podía más o menos, si faltaba dinero por haber cobrado menos lo cubría ella, con tal que nadie dejara de ir a El Toronal por razones económicas, era como un faro de luz en los reencuentros en este hogar originario, siempre estaba pendiente de que todos fuéramos a compartir en familia.
A todas estas Helena se había venido de Caracas a Barquisimeto donde viviría un periodo de intensa vida social, sus hermanas le propiciaban diversas actividades buscándole novio para que se casara, objetivo de todas las familias con muchachas solteras.
La foto de recuerdo de la despedida ....
Fumando para calmar la angustia ... 
 La feliz llegada ...

El brindis de bienvenida...
El almuerzo con los amigos ...
La homenajeada ....
Los amigos ...
Las elecciones de 1947 y su publicidad vota por la tarjeta roja ...
Un acercamiento de los afiches publicitarios...
Visitas de la hermanas ... 




lunes, 16 de octubre de 2017

Capítulo 54 Caracas, primera vez.

Helena se consigue con una Caracas con la cual se identifica rápidamente pues semejaba una adolescente en pleno desarrollo, la ciudad colonial con sus edificaciones características de la “Belle Epoque” europea principalmente francesa, se transformaba entrando vertiginosamente a los “Años Locos” norteamericano con sus edificios modernos y autopistas que prácticamente surgían ante sus ojos, efervescentemente gracias al petróleo. Esta Caracas era un caos de casas derrumbadas con sus viejas tejas rojas clavadas en el barro del pasado, maquinarias cargando los escombros en sus fauces para darle paso a la modernidad, la tierra volaba por los aires, para transitar por ellas era necesario cubrirse la nariz con un pañuelo, la polvareda era asfixiante, el ruido mecánico, las voces dando instrucciones, cuidado! advierte alguien, esta febril actividad le susurraban a ella, al igual que a la ciudad, crece niña crece, así lo haría, le serviría de base sus vivencias en el Club de la VOC, sin embargo su corazón seguía siendo provinciano. Serían años de inicio de grandes obras como la urbanización de múltiples edificios en El Silencio, para la pujante clase media, presencia la entrega ese año del bloque 7, la construcción de la plaza Altamira, escucha a la orquesta Billo’s Caracas Boys quien interpretaba por esos días canciones como “Swing con Song” o “el Caimán” de moda en la radio junto a las radionovelas y las noticias que llenaban el espectro radial.
La capital crecía veloz y enormemente. Había dinero abundante. La gasolina era barata. Los tranvías que circulaban sobre las vías de las estrechas calles, no podían proporcionar un transporte adecuado a esta población y fueron reemplazados por autobuses con motores a combustión, marcando el final de los tranvías, el N 42 hizo su último viaje a El Paraíso el 2 de septiembre de 1941. El número de vehículos particulares aumentaba aún más rápido que la trasformación de su fisonomía, poco a poco el ambiente caraqueño se saturaba con el sonido característico del corneteo de sus automóviles.
Igualmente la sociedad Venezolana experimentaba cambios, en lo político Isaías Medina Angarita, presidente del país recibe la visita de Fulgencio Batista, acababa de entregar el gobierno al vencerse su periodo constitucional, era finales del año 1944 la multitud se agolpaba en las calles para verlos pasar, una novedad inesperada para aquella muchacha recién llegada del interior del país que trataba de observar desde atrás de la segunda fila, nadie sospechaba que estaban al borde de otro alzamiento, un malestar crecía en el pueblo y nadie imagino que lo detonaría un suceso deportivo. Ondea su pañuelo al paso del presidente y su comitiva. Años después Batista daría un golpe de estado y se convertiría en dictador que llevaría al castrismo en Cuba.
Al unísono se darían dos hechos sociales, la celebración por primera vez en Venezuela del Día Internacional de la Mujer, con un mitin en el Teatro Nacional organizado por mujeres de todo el país, la mujer tomaba el protagonismo. La segunda, la elección de una reina deportiva que despertaría pasiones insospechadas.
Para ese año de la llegada de Helena a Caracas, Venezuela iba a ser la sede de la VII Serie Mundial de Béisbol Aficionado, el evento necesitaba a una reina, había cuatro candidatas para hacer le selección, pero al final solo dos resaltaban lo suficientemente como para ser consideradas favoritas. De acuerdo a cronistas de la época, el país entero se estremeció con estas elecciones. Ambas candidatas fueron forzadas por las circunstancias a hacer campaña en todo el país como cualquier político. Fue la primera candidatura electa por el voto directo, disparando un deseo soslayado hasta ese momento: por qué no hacerlo con el Presidente? 
La radio era muy popular, poseer un aparato de estos ya no era llamativo. El vocabulario venezolano de la década comprendida entre 1940 y 1950 experimentaba cambios notorios influenciados por el lenguaje sectorial de la Radio, la publicidad y el deporte, especialmente el béisbol. Es una época dominada por el acervo Radiofónico de la Cuba pre-fidelista, que abarcaba todo el Caribe, desplazando al naciente Radioteatro criollo por las Radionovelas cubanas, transmitidas por las principales emisoras capitalinas, con el patrocinio de las empresas de jabón y detergentes, publicidad en pleno desarrollo. Dentro de la música popular se impuso la participación de cantantes y orquestas cubanas, mexicanas y dominicanas.
Helena sentía que aquella ansiedad provocada por la separación de su gemela comienza a desaparecer, ahora era capaz de establecer lazos afectivos con otras personas fuera del entorno de sus hermanas y buscar nuevos horizontes, al viajar a estudiar Higiene Escolar en Caracas acompañada de su mejor amiga Celina Oropeza, quien la secundaba en el proyecto, se aleja de la censura de su familia y de la vigilancia estricta de las chaperonas, primera vez que ocurre, iniciando una liberación de las ataduras sociales y educativas impuestas por la época. Helena hasta ese momento era mantenida por su padre, no se había inquietado por trabajar sino de vivir sin mayor responsabilidad los años locos de la juventud, la mujer estaba educada para obedecer a sus padres, a las leyes, a la iglesia y al marido, inculcado desde la escuela o los colegios. Solo aprendían a leer, escribir, algo de matemáticas, coser, pegar botones, bordar, religión, normas sociales y buenas costumbres. En resumen como atender una familia. Esta primaria, único permitido a la mujer, con este pensum de estudio discriminatorio, no tenía continuidad en el bachillerato y menos en la universidad, la entrada, tardíamente, pero con fuerza, del siglo XX cambiaría esto.
El crecimiento en el área de la salud del país estimula una necesidad de personal calificado por lo cual el estado venezolano abre las puertas a la profesionalización de la mujer para cubrir este vacío. Por primera vez una descendiente Castro cursaría estudios más allá de la primaria, abonando el camino a las demás mujeres de su familia. Cuando les participó a sus hermanas que se marchaba, estas se opusieron escandalizadas. Ella argumento que no se iba a quedar de cocinera y criando muchachos toda la vida, mantenida por un marido o su familia, por lo que se iría a Caracas a estudiar quisieran o no, obtener conocimientos era lo que más deseaba. Las nuevas ideas de modernismo sobre los derechos y liberación de la mujer aprendida en los campos petroleros se impusieron.
En el campo de la salud se estaba dando grandes cambios, uno de ellos era en la protección a la niñez. Con el objeto de mejorar el trabajo de protección a la madre y al niño, se extiende la vigilancia hasta una edad más avanzada del niño, abarcando al escolar, de esta manera se incorporó a la División de Higiene Materno-infantil, el novedoso Servicio de Higiene Escolar, además se adscribieron las colonias escolares de Maiquetía, Los Teques, y Tovar, este proyecto demanda nuevo personal por lo que se realiza una convocatoria nacional. En el año de 1942 fueron creados nuevos servicios de Higiene Escolar para el Departamento Vargas, Los Teques, Maracay y Valencia. Al siguiente año, en 1943, se organizaron los de Maracaibo, Barquisimeto y Mérida. Helena le atraía el campo de la salud, así que cuando en Barquisimeto se anuncia esta oportunidad de formación y trabajo, no lo duda, despliega sus alas y emprende vuelo.
Ella llega a Los Teques, donde funcionaba una de las tres Colonias para recuperación de niños desnutridos del Ministerio de Sanidad, estaba ubicada al lado del liceo Luis Correa en el sector de El Paso, zona rodeada de áreas verdes, allí son alojados los estudiantes de Higiene Escolar, con Helena son apenas siete, seis mujeres y un hombre, los pasaba a recoger una camioneta de Sanidad muy temprano, el cual les hacia el transporte, todos los días, los llevaba hasta San Martín en Caracas donde estaba el Instituto Nacional de Higiene Escolar, comían en los Comedores Escolares de las escuelas donde realizaban sus pasantías, hasta la tardecita que regresaban a Los Teques.
A principios de mayo de 1945 finalizaría la II Guerra Mundial, el mundo lo celebra. Ese mes Helena cumplía 26 años de edad. No habían transcurrido cinco (5) meses cuando presencia los violentos acontecimientos del 18 de octubre donde es derrocado Medina Angárita por negarse a permitir el voto universal y directo al igual que con la reina deportiva, malestar que había capitalizado el partido político de Acción Democrática propiciando un golpe de estado efectuado por militares, las calles de Caracas se tiñen de sangre, el ruido de los motores del tránsito es sustituido por los disparos y gritos de la gente desesperada que corría por las calles a ocultarse en lugares seguros, su formación académica es suspendida y los estudiantes son enviados a sus ciudades de origen, se va unos días a Barquisimeto, se instala una Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, al mando del país, este retoma su ritmo de desarrollo, regresando rápidamente a la normalidad, la capacidad de adaptación del Venezolano se imponía, no en vano se venía del siglo XIX donde se dieron más de 100 alzamientos liderados por el caudillismo, guardados en la memoria colectiva.
A un mes del golpe de estado, esta Junta le otorgaría el primer nombramiento, el 27 de noviembre de 1945 como enfermera auxiliar de Higiene Escolar en la Dirección de Asistencia Pública y Medicatura Forense de Caracas. Ya no dependía del café y la caña de azúcar. Helena se viste y peina con los moños de grandes volúmenes gracias a un artilugio que se colocaban dentro del cabello para lograr este efecto característicos de estos años.
En esta convulsionada temporada su hermana mayor Mamayú y su esposo se mudarían a Cabimas atraídos por su hermana Roselia. 
Helena se queda viviendo en Caracas entre 1945 hasta principios de 1947 periodo en que termina de definir su personalidad en la pujante Caracas de estos años, graduada se gana su sustento, es económicamente independiente, lo cual le permite transformarse en una mujer segura de sí misma, su madurez y soltura son notables. Se dedica a conocer las diferentes facetas de la Capital, se sumerge en el ambiente cosmopolita y cultural en el cual se desenvuelve con gran naturalidad hasta que, un día decide regresar.   
En abril de 1947 se encuentra trabajando en la Dirección de Salubridad Pública de Barquisimeto después de vivir en Caracas durante mas de dos años, este traslado es otorgado por la Junta Revolucionaria de Gobierno. Llega con las ideas del mundo moderno y el nuevo papel de la mujer en la sociedad, afianzados en la capital del país donde lo moderno era cotidiano, tiene una amplia cultura en temas que van de lo social a lo profesional, los años en Caracas habían sido intensos de experiencias. Ella usa el peinado a lo Lauren Bacall, caracterizado por un cabello largo con grandes rizos y volumen en la parte superior que se obtenía batiendo el cabello y sosteniéndolo con innumerables horquillas. Los grandes rizos ameritaban dormir con unos rollos de cartón o metálicos puestos en la cabeza donde se enrollaba el cabello para así lucir al día siguiente los crespos que caían a todo lo largo. Se viste con la moda de la posguerra cuando los trajes marcan la cintura de avispa y la falda nuevamente se amplia, es una moda que buscaba recuperar la nostalgia del romanticismo, se comenzaba a vislumbrar la elegancia femenina que se impondría a finales de 1947 y en 1948 en adelante con la llegada de Christian Dior. 







domingo, 10 de septiembre de 2017

Capítulo 53 Cabimas, la del club de la VOC

Una pañoleta multicolor ondea al compás del viento, hasta ese momento cubría la larga cabellera de su dueña, quien se la había retirado para colocarla juguetonamente sobre la cabeza del médico, el Dr. Alfonso Reynoso, el cual fuma seriamente recostado al carro delante de Helena, no se percate de lo que hace la recién llegada, solamente Celina y otro de los amigos conocidos en Cabimas, un bioanalista, ven la travesura mientras se toman la fotografía, pero permanece callado sonriéndole a ella. Las mujeres llevan pantalones en señal de liberación e igualdad con el hombre, son un grupo de modernos jóvenes profesionales de la salud compañeros de trabajo de Andrés, esposo de su hermana Roselia, con quienes se relacionan a través de la clínica privada, "Dr. José Gregorio Hernández" propiedad del médico, su compañero de la UCV, donde laboran. Trabajar en esa institución les permitía acceder a la intensa vida social en las instalaciones del club de la VOC (Venezuelan Oil Concesión), por prestar sus servicios médicos a las compañías petroleras.
Ella se incorpora a este entorno novedoso, era audaz, con ellos aprende no solo a bailar bajo los acordes de la Billo Caracas Boys, sino que además descubre su inclinación por este campo profesional, no en vano le llamaban la atención los libros de medicina de su abuela Bartola.
A pesar de que la explotación de petróleo se había iniciado desde 1914 con el pozo Zumaque I situado en Mene Grande, la actividad petrolera experimentaría un compás por 6 años, debido a la I Guerra Mundial, posteriormente en 1920 comienza a crecer vertiginosamente. Al iniciarse la II Guerra Mundial en 1939 paradójicamente ocurre el efecto contrario, ocasionando un crecimiento en la demanda, instalándose en Venezuela las grandes compañías. En este periodo ocurre uno de los cambios culturales y educativos más dramáticos experimentado por la población Venezolana, no solo brotaba a borbotones el líquido negro de la tierra sino también surgía con fuerza una nueva sociedad. Un elemento clave en este fenómeno, fueron los Club Sociales de los Campos Petroleros.     
Las ocupaciones diarias del club incluían numerosas actividades sociales, establecidas por una rutina de fiestas de bienvenida, despedidas, cumpleaños, matrimonios y jubilaciones. Cuando no estaban en una de estas celebraciones, acudían a los campos deportivos, la practica del deporte, vedado a las mujeres hasta esta época, por primera vez se hacen populares entre ellas, los hombres contribuyen enseñándolas, compitiendo de igual a igual, Helena aprende a jugar bowling, a nadar diferentes estilos, a jugar tenis, así poco a poco iría desarrollando la nueva personalidad citadina, que la caracterizaría a partir de estas fechas, cambios que igualmente experimentaba vertiginosamente la sociedad Venezolana.
El tema político fue otra novedad en su vida, la cercanía con la casa sindical, vivían al lado, permitió que Andrés se relaciona con sus miembros, adentrándose al movimiento obrero y al comunismo que comenzaba a surgir en esta época post-dictadura, más liberal que la de Gómez, a pesar de que López Contreras y su sucesor Medina Angarita ejercían un fuerte control sobre este naciente movimiento, por ser antianarquista, ideología traída al país por los españoles exilados de la dictadura de Franco.
Calladamente se colaban los artículos de la lucha de los trabajadores por sus derechos, nace así el periodismo clandestino, al cual contribuye Anselmo Reyes, conocido como el poeta Cabimero, su futuro cuñado, miembro del grupo que frecuentaba Andrés, comienza a militar en este naciente y clandestino partido político, que duraría los 16 años que vive en Cabimas. Era una nueva etapa de las vidas del matrimonio Sánchez Castro, fuera del entorno familiar y de su pueblo natal, por primera vez son realmente independientes, en un ambiente con nuevas amistades, profesionales y políticos.
Este mundo de los campos petroleros con su cultura al estilo norteamericano, centrado en la liberación de la mujer, impulsada subliminalmente por las publicaciones dirigidas a ellas, usando la moda para lograr un cambio social. Las revistas reseñaban la actualidad en el vestir y las normas sociales, por ejemplo sugerían que “un sombrero decorativo es bellísimo para cocktails y comidas tempranas, en combinación con trajes de raso delgado negro mate” al unísono iba implícito un nuevo estilo de vida moderno. La existencia de los comisariatos de las empresas, contribuyen también promocionando los modelos de consumo, que caracterizarían a la sociedad venezolana emergente, relacionando la liberación de la mujer con los conceptos de la “modernidad” y “progreso”.
Gracias a los campos petroleros, Helena entra en contacto con este entorno, estimulándola a superarse mediante el estudio, a competir en el mundo profesional, de igual a igual con el hombre, nace la cultura del trabajo liberador de las restricciones victorianas del siglo XIX aun imperantes, adquiere una visión cosmopolita, de mujer liberada, con nuevos patrones culturales, ya no solo era ser casada atendiendo el hogar, obedeciendo al padre o al marido, o trabajar en una tienda despachando, un trabajo no calificado, ahora se abría un horizonte de oportunidades en el campo profesional, esto la empujaría a alejarse irreversiblemente del quehacer cotidiano familiar.
La Elena rural desaparece paulatinamente para dar paso a la Helena moderna, no solo en el vestir sino también en aspiraciones de estudios y desempeño profesionales, una revolución para ellas.
Aquel día en Cabimas, cuando sus amigos le mostraron ese aviso, solicitándole a la mujer Venezolana incorporarse en el campo profesional, formarse en Salud Publica, cuya oferta incluía residencia en Caracas, alimentación y trabajo, al culminar los estudios, una política dirigida a la mujer, nunca antes visto en el país, sería crucial en su vida. 
Era cierto que desde finales del siglo XIX existía la posibilidad de estudios semi-profesionales como lo era en el campo magisterial, que poco a poco fue absorbido por la mujer desplazando al hombre, al principio tímidamente, por la imposibilidad de la mujer de obtener un título de bachiller por ser el pensum diferente para ellas. En Barquisimeto, una de las primeras maestras fue Bolivia Tovar quien trabajaba en la escuela Leopoldo Torres, allí Helena curso los tres primeros grados, también sus hermanas menores, una alumna sería la madre de Irene Saez, la futura Mis Venezuela 1981. Este contacto con Bolivia Tovar, quien fuera amiga de su madre, le había mostrado el camino de la revolución educativa y desempeño laboral en el campo profesional de la mujer. Paulatinamente, gracias a la entrada de la modernidad, se masifica la realización de la nivelación con el bachillerato, esto permitió darle un gran impulso a la educación femenina, surgen las escuelas de arte y oficios para mujeres en Barquisimeto, una de las grandes promotoras, sería Casta J Riera, creadora del Instituto Mosquera Suarez en 1937, ofrecía instrucción comercial y taquigrafía.        
Simultáneamente en Venezuela existía una intensa campaña para erradicar enfermedades tropicales como el paludismo, liderado por el científico Arnoldo Gabaldón, iniciado durante el gobierno de López Contreras, dándole continuidad todos los gobiernos posteriores. La necesidad de personal calificado es grande, la profesionalización para ejercer en el campo de la Salud Publica es clave en su estrategia, por lo cual se le abre las puertas a la mujer dándoles facilidades de nivelar sus estudios, similar a lo realizado con la profesión de maestras pero en el campo de salud con conceptos novedosos de los campus universitarios de los países desarrollados.    
Cuando sus nuevos amigos la retaron a atreverse, meditándolo se dijo así misma: si Bolivia Tovar lo logró a pesar de su defecto físico, por qué no ella? A partir de allí tomaría las riendas de su vida, desplegando sus alas, su amiga Celina se iría también, finalmente aquella sensación de soledad, de sentir que no calzaba en aquellos patrones establecidos de la perfecta ama de casa, habían conseguido una salida, sería profesional. Se impone su filosofía de siempre, si otros pueden, por qué yo no?
Esta nueva mujer llega a Barquisimeto, al poco tiempo se entera que su hermana mayor nuevamente se regresa de Caracas. La segunda Guerra Mundial había creado una escasez de repuestos automotriz y de automóviles, originando una ola de desempleos, por lo que el matrimonio Anzola-Castro debe volver a Barquisimeto, lo hacen en su primer automóvil, un Ford, comprado por mil bolívares, relativamente barato pues le faltaban los cauchos, pero Pablo tenía unos usados guardados, obtenidos de oportunidad por la crisis. Helena se sumerge en el corre y corre de la compra de la primera vivienda de Mamayu, lo hacen con sus ahorros de Caracas, estaba ubicada en la carrera 19 con esquina de la calle 42, se traen a María Suárez de El Toronal, hija de Elodia Suárez oriunda de Parapara de Río Tocuyo, una de las tantas emigrantes con ayuda de Bartola. María da a luz su primera hija, recién mudados a la nueva casa, nace Judith en el hospital de La Caridad, es el año de 1942, deciden adoptarla debido a que no habían concebido ninguno en su matrimonio. Estando residenciada aquí, Mamayú se relaciona con los hermanos Reyes Yánez, oriundos de Aguada Grande al igual que la familia Castro, dueños de los estudios Capitol, ella se hace una pequeña postal en este estudio antes de su partida a Cabimas, se la obsequiaría a su sobrina mayor, Clementina. Para ese entonces la familia tenía tres grandes soportes, Mamayú en la casa de la carrera 19, Ana Dolores en la calle Comercio y Roselia en Cabimas. Las solteras se rotaban entre estas tres hermanas.
Cuando ocurre el nacimiento de su tercer sobrino, hijo de su morocha Adelina, se desata la tormenta familiar, Helena soltaría una novedad. Todo comenzó con el parto que debió ser atendido por su hermana Ana, la cual estaba en una fiesta en el club Sirio-Libanes donde Martín, el esposo de Adelina, la fue a buscar para avisarle que no conseguían al médico partero, recuerda que a las solteras las mandaron a salirse del cuarto pues no podían presenciar el parto, aquello era un volcán de órdenes. Helena a escondidas, observa aquella escena, nunca olvidaría a su hermana Ana con el brazo lleno de doradas pulseras, las cuales no tuvo tiempo de quitarse, tintineando al chocar entre sí, mientras recibía al recién nacido, momento cuando decide salir de su escondite detrás del escaparate para ayudarla, su hermana horrorizada le dice que no mire, que se salga, entonces Helena suelta la bomba, si puedo ver pues me voy a estudiar enfermería en Caracas. 
¿Cómo? ¿Qué dices? le lanza Ana volteando a mirarla, casi se le cae el bebe de la sorpresa, Mamayu que estaba llegando a la casa, se coloca al lado de Ana para reforzarla, extrañada. Acababa de recibir la notificación de aceptación para formarse como Enfermera de Higiene Escolar, estaba planeando como decírselos, cuando debido a los acontecimientos en desarrollo, intempestivamente se los participa, esta noticia causaría un terremoto en sus hermanas, nunca antes una mujer soltera se separaba de la familia, era el año de 1944. 





lunes, 14 de agosto de 2017

Capítulo 52 El despegue.

Helena va rumbo a Cabimas, acompañada de su amiga Celina Oropeza, viaja en un autobús de la compañía RC, por primera vez vive la experiencia de alejarse de su nido más allá de la distancia que existía entre El Toronal y Barquisimeto, recorrida una y mil veces. Antes de subir al vehículo espera para supervisar el acomodo de las maletas que llevan, un equipaje cuadrado de cuero duro marrón, observa mientras son alzadas sobre el techo de aquel novedoso vehículo de transporte masivo que combinaba distintas formas redondeadas, la puerta rechinaba anunciando la entrada del pasajero, el chófer preguntaba a donde se dirigían y pagaban de acuerdo al rumbo. Helena se adormecería sobre el hombro de su amiga, arrullada por el ruido de la caja de velocidades cada vez que hacia un cambio, al acercarse al lugar de destino le avisaban al chófer que se bajarían en la siguiente parada, allí están su hermana y su esposo esperándolas, el calor era insoportable pero el bullicio de la ciudad opacaba esta molestia.    
No lo sabía en aquel momento que se arregla la pañoleta que llevaba en la cabeza y estiraba su falda arrugada por el largo viaje, comenzaba una etapa novedosa de crecimiento personal, de profundos cambios en la forma de ver la vida, reflejarían la transformación que estaba aconteciendo en la sociedad Venezolana, poco a poco se dejaba atrás la era agrícola, rural, el campo con su vida simple alrededor de los fenómenos de la naturaleza, virando hacia un país moderno e industrial que giraba en torno a los últimos avances del mundo, principalmente lo relativo a la liberación de la mujer que resultó ser una explosión cultural inédita.
La coyuntura se daría gracias a su hermana Roselia quien junto a su esposo Andrés, casados apenas un año antes de su viaje, en 1941, se habían mudado al Zulia.
Andrés había cursado casi toda la carrera de médico, sin llegar a culminarla, razón por la que consigue el cargo de secretario en el hospital de Mene Grande, perteneciente a las petroleras.
Su hermana Roselia Elodia era muy particular, había nacido en abril de 1916, traída al mundo por Bartola, era la segunda hija de la abuela María Adelina, pero la primera en nacer en El Toronal, durante un eclipse de sol, que según las supersticiones de la época, se creía que contribuyó a “vanear el café”. Su nombre escogido por su abuela Bartola, guardaba un enigma, secretismo que caracterizó a esta mujer, ella explicaba que lo escogió por una hija de Gregorio Nieto, llamada igual, un pariente muy querido, no decía que quizás era su hermano. Pero también existían otros motivos, ocultos, una forma de dejar un mensaje de sus sufrimientos. Bartola era una gran lectora, sobretodo de la literatura española, conocedora de la poetisa oriunda de ese país, famosa en el siglo XIX, Rosalía de Castro, cuya vida se parecía a la de ella, ambas hijas ilegítimas, la escritora de un sacerdote y una dama de la hidalguía española, un origen muy tormentoso, centro de sus poemas, en los cuales expresaba sus angustias de ser una bastarda, señalada por la rígida moral de la época, idénticamente le sucedía a Bartola, al ser su nacimiento igualmente censurado al provenir de un blanco con árbol genealógico, además casado y de una humilde india, por lo que también era una bastarda de una unión prohibida, razón que la identificaría con esta otra mujer.
La escogencia del segundo nombre, Elodia, revelaba otro doloroso pasaje de su vida, la violación. Santa Elodia, es una mártir española, patrona de los niños que han sufrido de abuso sexual, una amarga experiencia que ella también vivió en su juventud, siendo casi una niña. Su primer hijo era de padre desconocido, sumado al hecho del largo periodo antes del siguiente parto, que no era lo usual en esa época, sus otros hijos fueron procreados con una brecha de 5 años, dentro de su matrimonio realizado por la iglesia, cuyo explicito registro parroquial demuestra que fue exonerada de pecado, las razones para que la Iglesia actuara así eran los “actos involuntarios” en esto cabía la violación, así que la escogencia de este poco usual nombre sumado a la personalidad rodeada de misterios de Bartola, guarda un significado, un resumen de sus angustias, su origen bastardo y su violación, queriendo dejarlo cifrado para que algún día sus descendientes conocieran.
Su hermana Roselia era muy popular dentro de la familia debido a su personalidad conciliadora, sociable y gran organizadora de fiestas, lo que le ocasionaría conflictos en su vida. Siempre se ofrecía en lugar de sus hermanos cuando los iban a castigar, le decía a su mama “Pégueme a mí y no a ellos”. La abuela la complacía, aclarándole que era para que aprendiera a no ser alcahueta. Debido a esta forma de ser resolvedora, es enviada a estudiar interna en el colegio Inmaculada junto a su hermana mayor María de Lourdes. Cuando su mamá venía a visitarlas, las sacaba a pasear en el carro, Roselia le solicitaba al chófer que bajara el capote del techo, un Ford A convertible, para andar al descubierto con la brisa entrecruzándose, alborotando la pañoleta multicolor con la que amarraba su cabellera, produciendo un vibrante aleteo, el viento en el rostro le cortaba la respiración, ella reía a carcajadas pues esto le agradaba sobremanera.
Después de la muerte de su madre, acompaño a su padre a El Toronal en las navidades de 1935, allí lo vería llorar de rodilla bajo la lluvia, suplicándole al cielo que se la devolvieran, en enero de 1936 regresaría a Barquisimeto, pues le hacía mucha falta su hermana Ana, con quien era muy unida tanto que intercambiaban ropa y prendas. Al regresar consigue trabajo en la zapatería del señor Quintana, casado con una de las hermanas Ponce, familia con quien poseían fuertes vínculos de amistad. Es en ese año cuando se corta el pelo. Su primer novio fue Soteldo Ramos. En este periodo reanudan la amistad con Andrés, nacido en Aguada Grande, en 1911, hijo de Cornelio Sánchez quien había estudiado en el colegio La Salle en Barquisimeto, alumno de los Hermanos Luís y Nectario María, graduado de bachiller de 18 años de edad, durante la gestión del Hermano Juan como director de dicho colegio. En 1931 viajaría de vacaciones a Aguada Grande, uno de los programas era visitar El Toronal con el grupo de sus hermanos y amigos, van a conversar con las jóvenes Castro, allí conoce a María de Lourdes de 17 años de edad, enamorándose de ella sin ser correspondido, luego es enviado a Caracas para estudiar medicina en la UCV, pero allí sufre del mal de amores, casi muere de tristeza, por lo que deja sus estudios, regresando a su pueblo consigue la noticia del matrimonio de María de Lourdes con Pablo Anzola. Enfermo de despecho, Andrés deja definitivamente su pueblo natal mudándose a Barquisimeto donde abre una pulpería de alimentos, vendía además ropa, tejidos y productos varios, también aguardiente y se jugaba cartas en unas pequeñas mesas de madera oscura. En esta época retoma la amistad con la familia Castro, vuelve a ver a Roselia ya convertida en una mujer, en ese momento había terminado los amores con su novio, al visitar a la familia establece una amistad con los novios de las hermanas de Roselia, Teodoro  y Martin, igualmente, en el interior de su corazón se reconcilia con Pablo, el marido de Lourdes, estableciendo un vínculo que perduraría el resto de sus vidas, nadie sabía del secreto enamoramiento sufrido por ella, en este ir y venir, los dos solteros, sin compromisos, Andrés y Roselia se enamoran, estando de novios le descubren un contrabando de mercancías teniendo que esconderse para evitar que lo pongan preso, por un tiempo se oculta en casa de la tía Panchita, lugar al que Pepita le llevaba las cartas de Roselia y recogía las de él. El contrabando, era una actividad muy antigua en Barquisimeto, se remontaba a la época de los canarios, primeros comerciantes de la ciudad, ubicados en la calle de Los Isleños o Comercio. Gracias a esta importación ilícita se surtía la ciudad de todo tipo de mercancías, la población se mantenía al día de los últimos modernismos de Europa. Los gobiernos de Castro y Gómez establecieron fuertes controles a la economía caracterizada por el proteccionismo, continuado por Eleazar López Contreras, lo cual estimulaba el próspero mercado negro.
Estando así las cosas recibe una misiva de su amigo invitándolo al Zulia para resolver la delicada situación, decide aceptar su ayuda pues no podía vivir indefinidamente oculto, sin  trabajar, en Barquisimeto era muy conocido. Su amigo, el médico Dr. Alfonso Reynoso, un compañero de la época de estudiante de medicina en la UCV, quien había emigrado a esa zona del país buscando progreso a través del auge petrolero, le comunica que las ofertas de empleo eran innumerables, que sería relativamente fácil conseguirle trabajo por sus estudios a pesar de estar inconcluso, ser bachiller era algo notable. 
Andrés se establece en Mene Grande, pero debido a que ser casado era un requisito de las compañías petroleas, las cuales buscaban controlar los problemas que surgían con el empleo de hombres solteros, tal cual había sucedido en la primera huelga petrolera de 1936, se ve obligado a regresar a Barquisimeto, a casarse en la clandestinidad con Roselia.

Esta normativa redefinió el papel de los matrimonios, las mujeres entran a jugar un papel clave en la difusión de las actividades sociales, particularmente la promoción de patrones de consumo característicos de este nuevo estilo de vida, canalizados por los comisariatos de los campos petroleros. De hecho, la primera empresa que introdujo en el país las relaciones públicas como función administrativa fue la Royal Dutch Shell ese año. Una de las medidas era el impulso de publicaciones, explicando el desarrollo de diversas revistas institucionales que le llevaban al trabajador la imagen y cultura de la empresa. 
Luego se mudan a Cabimas allí su amigo fundaría una clínica privada llamada "Dr. José Gregorio Hernández" donde trabajarían en sociedad. En este ambiente llegaría Elena a pasar una temporada con ellos.  



viernes, 30 de junio de 2017

Capítulo 51 Otro matrimonio, un campeonato y un viaje.

Una voz sale de una radio, la familia está reunida alrededor de aquel aparato cuadrado colocado sobre una mesa auxiliar cubierta con un pequeño tapete blanco bordado a mano, es la primera vez que se escuchaba un presidente a nivel nacional en una cadena de radio, un novedoso medio de comunicación que permitía difundir simultáneamente los hechos en desarrollo. Shh! hagan silencio, ordena una mujer, haciendo un gesto con la mano, es Mamayú, repite, shhh, mandando a callar a las parlanchinas morochas. Habla Eleazar López Contreras, sucesor de Gómez, sorpresivamente se venía distanciando de las férreas medidas impuestas por la dictadura, aquel día anuncia la disminución del periodo constitucional de 7 a 5 años, el cual se aplicaría a sí mismo.
Este avance había estimulado cambios determinantemente en el país, se había pasado del correo postal de meses, al telégrafo de días, a este poderoso medio de comunicación instantáneo, el mundo sería otro a partir de ello, no se experimentaría nada igual hasta la aparición del internet y las redes sociales. En Venezuela la radio se había iniciado en 1926 bajo el auspicio de Gómez, ya para 1934 existían diferentes emisoras en las capitales de estado, una era Radio Caracas Radio. Las familias pudientes tenían uno de estos ingenios en el recibo, ocupando un lugar destacado donde se reunían a escucharlo, un fenómeno comunicacional con programas de noticias, música y radionovelas, que era el favorito de Pepita, se trataba del moderno siglo XX.
Es el año de 1939 y la vida parecía tomar nuevamente sus cauces, a pesar de la muerte de su madre, el regreso de su hermana mayor llenaba el espacio dejado por ella, la mudanza a la casa de la carrera 19 había sido de gran ayuda para superar la nostalgia de su ausencia, su padre Pancho cada vez pasaba más tiempo en El Toronal, atendiendo sus cultivos de café y producción de papelón, con él están los dos varones, Francisco y Enrique, aprenden el oficio de hacendados, asisten a la escuela del caserío La Unión, sus salidas sociales eran para Aguada Grande a caballo, cada uno tenía el suyo.
Las morochas en Barquisimeto cambian nuevamente de apariencia, se dejan crecer el cabello para estar a la moda con los moños y el cabello ondulado que cae a lo largo de la cabeza hasta los hombros al estilo de Lauren Bacall, dejan atrás la moda estudiantil pasando a una más reservada y delicada, encajes, boleros discretos, aparecen los accesorios como zarcillos, collares, fotografiarse en los estudios de la ciudad era una cotidianidad, la carrera 19 estaba plagadas de ellos, los programas con los enamorados las copaban, se comienza a hablar de matrimonio.
Elena esta de novia con un joven, graduado de médico, el cual es enviado a Duaca a realizar su pasantía rural, antes de irse cruzan aros, un compromiso matrimonial, estos rituales eran formales, la palabra empeñada era tan válida como un documento. Pero acontece algo inesperado, la rutina de Elena comenzaría a desmoronarse, a Mamayú le llega el rumor que el joven médico tenía otra novia en Duaca, le exige a ella entregarle el anillo de compromiso, redacta una carta rompiendo el noviazgo, introduce el anillo, firma falsamente a nombre de Pancho Castro, Elena acepta sumisa esta decisión de su hermana mayor, todavía era dócil ante su autoridad. Debido a esto, los otros tres novios de Ana, Roselia y Adelina se les ocurre hacerle una broma a Mamayú, de regreso de un paseo, al llegar tarde, le dicen que venían de casarse escondidos, en la casa se armó un tremendo escándalo, Mamayú se agarraba la cabeza, desesperada exclamaba, que eso no podía ser cierto. En vista de la grave situación, los novios confiesan que es mentira, un juego por lo sucedido con lo del compromiso roto de Elena. Mamayú se encoleriza, prohibiéndoles las visitas, con aquella voz ronca que la caracterizaba, sentencia, olvídense de matrimonio, no les daré permiso, fuera de la casa, ordena. La morocha Adelina quien poseía un carácter fuerte desde pequeña, es la única que la enfrenta amenazándola con fugarse con Martin sino la dejan casarse por las buenas, es la primera en rebelarse
Ante la terquedad de Adelina, no en vano era Tauro, el signo del toro, de un posible escándalo social, a pesar del luto por la muerte reciente de Bartola, ese año de 1939 se realizaría el matrimonio, sería discreto, con el mismo vestido de Mamayú, arreglado para adaptárselo, la novia recordaba que se lo pisaba porque le quedaba largo al ser más baja que su hermana, casi se cae entrando a la Iglesia de San Juan, enredada con la falda, no existe registro fotográfico de esta boda por las circunstancias del momento. Este matrimonio fue muy traumático para Elena pues las morochas estaban muy unidas, dormían en la misma cama, se vestían igual, estudiaban juntas, se escapaban en alguna aventura recorriendo la ciudad, andanzas inocentes, su favorito era engañar a la gente sobre quien era cada una realmente, confundían a los amigos, hasta a los enamorados. Entre ellas existía una gran complicidad, se contaban todo, por lo que se les facilitaba el sustituirse una por la otra, bastaba con solo mirarse para saber lo que pensaban, compartían un lenguaje secreto, cuando una enfermaba la otra lo sentía. Hasta ese momento, Elena nunca se había separado de su morocha.
Aquel día, cuando Adelina salió de la casa con su marido para mudarse a la finca situada en El Eneal, ella sintió morirse de tristeza, sus hermanas tratan de consolarla, principalmente Ana Dolores quien junto a su novio, el cual tenía un carro marca Lincoln, le ofrecen llevarla de visita a que su morocha, ella recordaba aquellos viajes por aquel paisaje verde, del ferrocarril, sus rieles parecían cicatrices que cruzaban la tierra agreste, en uno de esos paseos le propuso a su futuro cuñado la enseñara a manejar, el accedió entregándole el volante, se reían de la hazaña cuando perdió el control del volante, encunetándose  y volteándose,  recuerda que pasaron un gran susto, tuvieron que salir gateando por la ventana del carro. Ella contaba como una gracia que se había puesto el carro de cachucha, sin embargo insistió hasta que domino el arte de manejar, demostrando una de sus cualidades, nunca rendirse ante la adversidad.
En abril de 1940 nace su primera sobrina, por lo que su morocha Adelina se viene a vivir con ellas una temporada mientras da a luz, se recupera del parto y aprende a cuidar a la recién nacida de manos de Mamayú, tradición desde entonces con todos los sobrinos. Al mes de estos acontecimientos, se celebraría un nuevo matrimonio, muy festejado, el de Ana Dolores con Teodoro, para Elena fue otra debacle, sintió que se quedaba sin el apoyo de ella. La fotografía de este matrimonio capta los cambios sutiles de los años 40 donde la falda comienza a ampliarse, no hay esa puesta en escena con los novios, es más íntima, pero aun es realizada en un estudio fotográfico.
Seguidamente, apenas transcurrido un año, se casaría su otra hermana, Roselia con Andrés, un Sánchez de Aguada Grande, no existen registro fotográfico por la rapidez del matrimonio, el primero que no cumple todos los formalismos de la época, la razón era que debían viajar al Zulia, por ser el novio un perseguido por la justicia, ambos eventos fueron en la casa de la carrera 19 con calle 34.
Ana con su marido, se mudan a una casa en la avenida Comercio, teniendo solvencia económica, siendo Teodoro un hombre generoso, de fuertes principios y valores familiares inculcados de la familia libanesa de donde provenía, le permitió a su esposa hacerse cargo de las solteras, por lo que ese mismo año, Mamayu junto a su esposo Pablo, quien estaba deseoso de regresar a la capital, donde le habían ofrecido un cargo de jefe de talleres de “Colectivos Caracas” deciden nuevamente irse, habían transcurrido casi 6 años desde su regreso.
Este periodo, fue decisivo para Elena quien dejaría de ser una adolescente cuya vida giraba en torno a su gemela, los viajes a El Toronal a visitar a su padre, obedecer a sus tres hermanas mayores, el cuidado de los menores, gracias a los sucesivos sacudones emocionales, se plantearía por primera vez otras expectativas, buscar nuevos horizontes, las oportunidades vendrían con la creación cinco años antes del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social por parte del entonces presidente del país, Eleazar López Contras, sus novedosas políticas de salud llevadas a cabo por el científico Arnoldo Gabaldón quien trae expertos extranjeros para la creación de la División de Higiene Rural, el Instituto Nacional de Puericultura y la División de Malariología que revolucionarían el campo de la salud pública desasistido hasta entonces, creando una necesidad de personal especializado en el país, en donde ella entraría a formar parte. 
La década del 40 se caracteriza por grandes paradojas, por un lado la transición hacia la democracia, impulsado por el sucesor y pupilo del dictador Juan Vicente Gómez, liberando a los presos políticos, dando libertad de prensa, reconociendo algunos partidos políticos. Por otro lado la segunda guerra mundial que provoca una recesión económica, junto a fenómenos sociales como la persecución a los judíos que los lleva a huir en masa de Europa, uno de los medios usados fueron a través de barcos que llegaron a ser conocidos como los Barcos de la Esperanza, trasportando a estos inmigrantes, uno de ellos llegaría a Venezuela con la sentencia de muerte de que si ningún país los recibía, serían lanzados a alta mar, venían de regreso de otros países de América Latina, rechazados por temor a los nazis, el gobierno de López Contreras les ofreció asilo salvando sus vidas. Ya estaban residenciados aquí los libaneses, sumándose estos judíos, quienes se integran armoniosamente, la tolerancia es un comportamiento muy Venezolana, debido a que nuestro pueblo esta conformado por ciudadanos de diferentes partes del mundo.  
El 5 de mayo de 1941, ocurre el cambio de gobierno ofrecido por López Contreras, se realizaría pacíficamente al nuevo presidente, Medina Angarita, entonces la ciudad de Barquisimeto cuenta con apenas 54.176 habitantes, una sociedad que comienza a industrializarse, asomándose al siglo XX algo retardadamente pero intensamente, con vehemencia.   
Ese año ocurre el triunfo del equipo de béisbol Venezolano en el campeonato mundial en Cuba, con el Chino Canónico como lanzador, evento que fue difundido a todo el país por radio, estimulando un creciente fanatismo por este deporte nunca antes visto, todos los ciudadanos de la Avenida Comercio, donde vivía Elena, salen eufóricos a la calle a festejar, comentaban los pormenores del juego, tema obligado de conversación. Es la primera vez que se celebra masivamente un triunfo deportivo. 
Mi mama Elena junto a primas y amigas, conformaron un equipo, ella era la lanzadora pero con mala puntería, las pelotas le caían en cualquier lado, sin embargo aprendían sobre la terminología del juego, principalmente los nombres de los peloteros para parecer expertas con los jóvenes. El vocabulario venezolano durante la década de 1940 a 1950 sufrió cambios notorios gracias a las emisoras de radio, las radionovelas, la publicidad y el deporte, especialmente el béisbol que a partir del triunfo del equipo venezolano, conocido como la hazaña del 41, contribuye a este fenómeno social. Elena se interesaba también por los sucesos de la II Guerra Mundial, de los horrores de la guerra, ya era una mujer de 22 años, salía con jóvenes más maduros.
Finalizando ese año, su morocha da a luz su segundo hijo, un varón de nombre Martín Enrique, Elena se da cuenta que cada vez están más distantes, que nunca volverían a vivir juntas, que ella tenía nuevos amores, sus hijos. Estando así las cosas, un día en 1942, decide irse para Cabimas, pasaría una temporada con su hermana Roselia, sería la primera vez que se separa tan lejos de su morocha y del mundo de el Toronal, alza vuelo, no imaginaba lo que su vida cambiaría, entraría de lleno al mundo moderno, de avances científicos, de liberación de la mujer, al mundo de Helena.