A
veces hemos escuchado decir que la historia se repite, esto siempre se pone en duda ante la inverosímil posibilidad que un mismo suceso separado por el tiempo ocurra
dos veces, entre esas incrédulas me incluyo, veo asombrada como
acontecimientos del pasado regresan a nuestro presente, claro! con nombres diferentes de protagonistas, vestuarios y una escenografía de antigua a moderna pero en su
contenido es igual, veamos los hechos sucedidos en el siglo XIX conocido como “El
Fusilamiento del Congreso”.
Todo
comenzó con las elecciones presidenciales de 1847 donde los candidatos eran
exclusivamente del oficialistas y militarista partido de los rojos o sea los
conservadores, ya entonces en la población existía un descontento contra los que
detentaban el poder hegemónicamente desde la revolucionaria guerra bolivariana de
Independencia realizada por un líder carismático cuyas ofertas de justicia social
y mejoras económicas no habían sido materializadas por su heredero político, siendo aprovechado por Antonio Leocadio Guzmán para fundar tanto el partido de
corriente liberal o los amarillos como el periódico El Venezolano, su
medio de difusión, capitalizando así el subterráneo malestar que venía creciendo paulatinamente, logrando previo a las elecciones poner en jaque al régimen quien lo cita bajo engaño a
un falso diálogo, cuando Antonio Leocadio llega al encuentro es apresado con los cargos de
conspiración y rebelión ya que supuestamente los liberales estaban dando un
golpe de estado, lo cual era un montaje del gobierno, siendo juzgado
sumariamente, condenado a morir por fusilamiento, consumado por el entonces presidente saliente, José Antonio Páez, pero astutamente decide esperar para ejecutarlo, retenerlo como un haz bajo la manga hasta que pasen las elecciones.
Ante
estos hechos, el minoritario partido de los amarillos decide darle clandestinamente su
apoyo para las elecciones a uno de los candidatos de la corriente conservadora, José Tadeo
Monagas, el cual secretamente acepta para vencer al candidato de la otra corriente, los paecista, quienes son enemigos de ambos grupos. Con este apoyo, Monagas gana las elecciones e inmediatamente conmuta la pena
de muerte del novel opositor a cambio de su salida del país, pues se daba cuenta que era un contendor político carismático, con poder mediático y por ende peligroso.
El nuevo gobernante en sus
ansias de poder se transforma en un dictador, asumiendo facultades legislativas
extraordinarias de manera ilegal, dirigiendo al ejercito inconstitucionalmente generando una crisis dentro de sus filas, por lo que se ve obligado a realizar un pacto institucional
con el peligroso y poderoso Páez, dueño del poder militar por el respeto que sentían por este líder de la Independencia, resulta que también era conocedor del acuerdo secreto de los liberales con el Presidente, por confidencias que le habían llegado, lo que da inicio a una pugnacidad entre ambos hombres, pues eran obvias las intenciones que albergaba cada uno de eliminar políticamente al otro. Pero debido a la necesidad de controlar la economía para enriquecerse a costa del tesoro publico, se unen para poder beneficiar exclusivamente a familiares de su entorno en la realización de todos los negocios, lo cual genera el descontento de los excluidos miembros del
partido conservador.
Luego
de un año de realizada las elecciones presidenciales, ante la desfachatez de
la corrupción sumado a la grave crisis económica, social e institucional del
país, por primera vez se vislumbra la posibilidad de derrocar al
régimen ya que se logra que los diputados de la mayoritaria tolda roja aceptaran pactar con los minoritarios opositores amarillos para realizar una sesión extraordinaria del
congreso con el único fin de destituir constitucionalmente al presidente mediante el voto unánime.
La sede de esta plenaria fue el convento
de San Francisco en Caracas donde se llevaría a cabo el 24 enero de 1848, estando
custodiada por un contingente de 20 soldados al mando de un coronel quien era de tendencia paecista, hecho que delata las ocultas intenciones del
congreso, entrando en sospecha el Presidente Monagas, le ordena a sus seguidores, milicianos pagados, rodear el lugar, llegando allí unas mil personas armadas con cuchillos, a pie y en alpargata pues no existían granadas, falks, ni motos ni zapatos de goma. Estos monaguistas se agolpan a las puertas del convento
lanzando una lluvia de piedras, empujando a los soldados centinelas, que se ven obligados a disparar sobre la muchedumbre, que por su cantidad logran violentar
la puerta a pesar de los disparos, entrando al patio del recinto encontrándose de frente con los diputados que venían
huyendo, cayéndoles encima y asestándoles cuchilladas a ciegas, ese día murieron 8 personas: 3
diputados conservadores, uno liberal, entre ellos Santos Michelena y 4 civiles
además de múltiples heridos. Con esta acción inhabilitan al Congreso que era el obstáculo para establecer la dictadura plena.
Los diputados que se salvaron saltando por los balcones y tejados del convento
se refugiaron en embajadas donde se asilaron, allí acude el Presidente acompañado
de altos funcionarios del gobierno a buscarlos con el fin de solicitarles que pacíficamente se
reincorporaran a sus actividades, a lo cual se negaron por el riesgo indudable de
ser asesinados también.
Después
de este sangriento suceso, el gobierno debido a la negativa de los diputados opositores, procedió a nombrar a los nuevos en un
proceso amañado, logrando el quórum necesario para restablecer el orden
constitucional y la mayoría absoluta para que le otorgaran al Presidente poderes extraordinarios con los cuales apagar
cualquier rebelión que surgiera o sea “candelita que se prenda candelita que se
apaga”.
Cuenta
la historia que Monagas comentaba: "La Constitución sirve para
todo" pues había
salido fortalecido de esta crisis al lograr un congreso genuflexo que le otorgaría la ley habilitante que le daba plenos poderes, permitiendole sofocar la rebelión que estalló a los pocos días acaudillada por Páez, quien fue sacado del poder definitivamente dando inicio a un período de once
años conocido como "el monagato", en el cual los Monagas se alternaron
en el gobierno hasta que estalló la Guerra Federal que duró 5 años y llevaría
finalmente a los liberales al poder en 1864 hechos que acarrearon la muerte del 10% de la población, todo por una ambición de poder y enriquecimiento.
Al leer este articulo solo debes cambiar los nombres de los personajes del siglo XIX por los actuales: Monagas por Maduro, Páez por D. Cabello y Antonio Leocadio Guzmán por Julio Borges.
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