Templo en la India.
Fotografía de IGMO
Durante treinta días asistiría a una Universidad, en el cual
diariamente recibiría enseñanzas de conocimientos y sabiduría, para luego
meditar en el Templo y proceder a la práctica mediante rituales diferentes
enfocados en el tema con el fin de lograr modificar la programación que conduce
al despertar, y alcanzar un nuevo don, este último totalmente extraño para mis
conceptos del ser sanador.
Los pueblos indígenas ancestrales aprendían a desarrollar sus
dones mediante enseñanzas obtenidas de sus ancestros en retiros realizados en
lugares apartados, allí danzaban al son de instrumentos musicales, como las
guaruras de mano e incluía ingesta de alucinógenos naturales o aguardiente como
el cocuy para entrar en trance; estos rituales provenían de la mezcla indígena
con los africanos, conocido como sincretismo que no es más que la conciliación
entre diferentes culturas o religiones. Otros pueblos antiguos, como los
iniciados en las pirámides, quienes adoraban a sus propios dioses, recibían
enseñanzas, prácticas y sacrificios, como se puede entrever en algunos jeroglíficos
dejados por ellos.
Aunado a esto, existen otros aprendizajes o estudios iniciáticos,
tales como consagraciones espirituales con
la intervención de Venerables Maestros físicos y Maestros Ascendidos, así como
de Bhagavanes en la tradición hindú, o Maestros de la cultura China que
permiten adentrarse al mundo espiritual, sin necesidad de consumo de drogas ni
alucinógenos, ya que con la debida preparación y meditación profunda se puede lograr
el éxtasis.
Al entrar en este sendero de aprendizaje se le advierte al
discípulo que es un proceso duro a partir del cual se enfrentará a un mundo
completamente distinto al suyo, debiendo adaptarse a unos nuevos principios,
difíciles de aceptar al comienzo, por oponerse a sus creencias y opiniones personales,
a veces muy arraigadas. Esta entrega espiritual implica tomar una decisión voluntaria e individual de
dedicarse en vida, alma, mente, cuerpo y corazón a la
Divinidad. Para el aprendiz es pasar del plano terrenal a la
realización psíquica y espiritual, alcanzando otros niveles mediante la
práctica constante de la misericordia y la compasión.
Este progreso culmina en una Consagración, cuya formalidad se
realiza mediante un ritual ceremonial con altos Maestros de Luz, en el cual se
reciben dones y bendiciones. A partir de este momento el consagrado emana
de manera natural un respeto hacia sí mismo, que se expande en el recinto donde
se preste el servicio. Consagrarse significa
priorizar la vida espiritual sobre lo material, aun cuando existan innumerables
tentaciones.
Karla no solo estaba bautizada por rosacruces,
sino además consagrada como Sanadora Cuántica Holística, igualmente en el TAO, que
es una corriente filosófica, y formada como dadora de bendiciones, en la
India.
Contándome sus experiencias en cada una de ellas,
entre las cuales estaría la de sanadora cuántica de la escuela de enseñanzas
dirigida por un Venerable Maestro, quien luego de realizarle una imposición de
manos sobre su cabeza, canalizando a altos maestros de quinta dimensión, luego de
lo cual le fue indicado que se acomodara en una silla con los ojos cerrados y
esperara hasta que recibiera los conocimientos que le serían transferidos. Ella
me referiría que una vez sentada,
concentrada en los movimientos de la respiración, entraría en un estado
de meditación profunda que le permitiría modificar la frecuencia celular de su
cuerpo comenzando a tener acceso a los
aspectos más elevados de su ser, sería una maravillosa experiencia al sentir que
trascendía el espacio físico y entraba a otra zona desconocida, inmaterial pero
placentero y lleno de paz, veía su cuerpo rodeado de una capsula de luz en
forma de estrella palpitante desplazándose por una sucesión de planos caleidoscópicos
de colores intensamente brillantes y con diferentes formas geométricas,
finalmente alcanzaría un lugar donde sería recibida por veinticuatros sabios que
le irradiarían una especie de bendición en forma de energía lumínica que le penetraba
por la parte superior de la cabeza, estableciendo una conexión con estos
maestros de la medicina cuántica, comprendiendo que la fuerza sanadora es un
poder que Dios otorga para servir a los demás.
Este don está vinculado a dos órganos situados en
el cerebro: la glándula pineal o tercer ojo y la pituitaria o hipófisis,
considerado el asiento del Espíritu de Vida, este último íntimamente ligado con
el principal Sendero Místico que conduce a la Iniciación. Según los místicos el
despertar de esta glándula es uno de los más importantes procesos que se ha de
llevar a cabo para el desarrollo de los femeninos poderes: Amor, íntimamente
ligado a la Sabiduría del espíritu y poder lograr los objetivos de evolución
espiritual. Los seres humanos fueron creados por Dios con un cuerpo, un alma
y un espíritu.
Sin embargo no podía evitar pensar que lo que me
refería podía tratarse de una alucinación o estado alterado de la conciencia
donde la percepción de la supuesta realidad experimentada por la persona no
corresponde a ningún estímulo proveniente del entorno físico a su alrededor, todo
está en su mente, lo cual es diferente a la ilusión donde si existe un factor
externo real que se percibe pero de forma distorsionada o el delirio que es una
falsa creencia a pesar de que las evidencias existentes demuestren que eso no
es así, como por ejemplo el delirio de persecución en el cual una persona cree
ser seguida o perseguida por alguien y esta sensación no cede con el razonamiento
de los hechos. En los casos mencionados puede ser explicado por ingesta de una
droga estimulante, las llamadas psicotrópicas como la marihuana, cocaína,
ayahuasca, o tratarse de una enfermedad mental.
Pero su vivido relato, el hecho de haber observado durante nuestras pláticas la ausencia de otros síntomas asociados a problema mentales, además de notar sus amplios estudios en la materia, me llevó a catalogar esas experiencias como verdaderas, que no tenían nada que ver con enfermedad o drogadicción, sino con otras realidades desconocidas para mí.
Gracias a ello, advertí que el Acto Protocolar de
Graduación como Médico Cirujano es en sí un ritual de consagración, al ser
igualmente un evento solemne que se inicia desde la entrada al Auditorio, donde
una vez que se impone la medalla entras como en un estado alterado de
conciencia, el cual Karla me definió como un “estado de contemplación”, momento
en que se realiza un compromiso ético para toda la vida.
Percatándome al mismo tiempo de que existen
diferentes distintivos, unos más evidentes que otros, que identifican a ambas
profesiones de sanadores; en el médico tenemos el Esculapio, un antiguo símbolo
asociado con el dios griego Asclepios y con la curación de enfermos mediante el
uso de la medicina, representado por una vara con una serpiente enrollada a lo
largo, detentado por este a partir de su graduación, reconocido por las
personas quienes al verlo manifiestan respeto hacia el profesional que lo
porta. A veces advertía cambios de actitud en los individuos cuando detallaban mi
anillo de graduación con el símbolo del Esculapio.
Por otro lado los sanadores espirituales son muy discretos debido a los estereotipos que los enmarcan como hechiceros o hechiceras. Karla no usaba ninguno visible, sin embargo uno que en mi opinión le calzaría a la perfección sería la Triqueta por ser una figura con tres planos: físico, mental y espiritual que además representa la vida, la muerte y el renacimiento o reencarnación, así como estar asociado a la fertilidad, se considera que este símbolo tiene poderes curativos y de bendición, por lo que se usa en rituales de sanación. Debido a que ambos calzan perfectamente para identificarnos como tales a cada una dentro de su campo, razón por lo cual los empleo en la portada de este escrito.
Generalmente el simbolismo es detentado más por
un comportamiento que por una imagen externa, como lo sucedido a Karla mientras
visitaba a un amigo hospitalizado en un Centro Medico de la ciudad, casualmente
llevaba un vestido blanco que aunado a su lenguaje corporal, de apariencia de
dominar un saber divino, similar al de un médico, provocaría una confusión
exacerbado por el hecho de que al entrar, se dirige al enfermo preguntándole
¿Cómo está mi paciente? Estando cerca los jóvenes médicos residentes realizando
la Revista Médica, creyeron que Karla era la especialista que venía a
examinarlo, acercándose ellos inmediatamente a darle el reporte del caso, como
corresponde al rango que se suponía detentaba y que representaba a la
perfección, proceden a explicarle toda la historia médica del paciente con
exámenes de laboratorio y demás paraclínicos, detallados minuciosamente,
mientras ella escuchaba silenciosa y atentamente, lo cual los condujo a
ratificar que ciertamente estaban en lo cierto, gracias a este simbolismo
subliminal, oculto a los ojos de las personas.
Karla me impulsaría a meditar que si somos capaces de aceptar la teoría de Einstein, de que la masa es igual a energía, esto implicaría que es posible transmutar nuestra materia terrenal hasta convertirnos en “seres de luz” o poderosos magos. La facultad de manipularla, manejándola a voluntad posibilita la unión entre poderes cósmicos, el hombre y su naturaleza terrenal, gracias al conocimiento obtenido, entonces, ¿Había logrado esto Karla? Para responder esta interrogante es necesario desglosar un poco el complejo campo de los Rosacruces.
Rosacruz es un término que se refiere originalmente a una legendaria orden secreta, dispersas por el mundo y que hoy día están agrupados en numerosas organizaciones esotéricas, normalmente denominadas fraternidades u órdenes. Se conoce que usan rituales ligados, por lo menos en sus formas, con la francmasonería y reclaman ser los herederos de la legendaria Orden Rosacruz, conocida desde el siglo XVII.
Los símbolos asociados a los Rosacruz son múltiples, generalmente suelen estar integrados por
diferentes combinaciones de una o más rosas decorando una cruz, junto al cual
puede aparecer un triángulo doble o una estrella. En otros casos es simplemente
una cruz, a veces dorada, con una rosa en su centro e incluso puede tratarse
simplemente de algunos símbolos geométricos como el círculo, el cuadro y el
triángulo, unidos en uno solo. En otras ocasiones la rosa o la cruz pueden
estar adornadas con símbolos cabalísticos o alquímicos, a veces se pueden ven símbolos egipcios. Por lo tanto, podría
decirse que el distintivo utilizado para representar el término Rosacruz varía dependiendo de la
fraternidad que lo utilice, y de su naturaleza.
Una de las más antiguas organizaciones rosacruces de la
época moderna es
La Fraternitas
Rosae Crucis, cuya doctrina enseña que hay un solo Dios, Creador y
fuente de todo. Afirman que en cada individuo existe sumergida una partícula
del elemento divino, una chispa divina, considerada como el alma.
Por otra parte, Dios concedió el libre albedrío al ser
humano y la posibilidad de disminuir o hacer crecer esta pequeña chispa a
través de los pensamientos, deseos y acciones. La vía para desarrollar el alma
consistiría en transmutar la naturaleza inferior humana y al mismo tiempo hacer
crecer el sentimiento de amor en el interior de cada individuo. Vemos dos elementos
claves: la dedicación al desarrollo de estas facultades y el amor. Actualmente
la Fraternitas Rosae Crucis se encuentra presente casi de forma exclusiva en el
continente americano.
Otra organización, la Societas Rosicruciana in Anglia
(S.R.I.A.), exige que para pertenecer a sus filas, el candidato debe ostentar
el grado de maestro masón y declararse además como cristiano.
Por otro lado, la Orden Hermética de la Aurora Dorada, se dedica a estudiar todos los aspectos de la Tradición Hermética, incluyendo la magia ritual (teúrgia), alquimia, astrología, cábala, tarot, geomancia y cristianismo esotérico, así como los misterios egipcios, enoquianos, griegos y caldeos, pertenecientes a las antiguas tradiciones ocultistas.
En junio de 1890 la "Orden Cabalística de la Rosacruz", creada en 1888, se divide anunciando la creación de una nueva Orden conocida como “Rosa Cruz Estética” cuyos propósitos eran de “centrar su esfuerzo de Luz en el plano artístico”. Esta nueva organización recibió el nombre oficial de “Orden de la Rosa Cruz del Templo y del Grial”, aunque también se la denomina como “Rosa Cruz Católica” por estar íntimamente relacionados con esta religión, teniendo como objetivo “la realización de obras de misericordia según el Espíritu Santo, cuyos miembros se esfuerzan en aumentar la Gloria y preparar el Reino.
La Fraternidad Rosacruz una nueva Orden fundada en 1909 se define como “místicos cristianos” y su propósito es propagar el conocimiento sobre el origen, evolución y fin último del ser humano y del universo, intentando actuar como un nexo de unión entre la ciencia y la religión. Paralelamente también transmiten una enseñanza de tipo astrológico. Tienen por lema: “Una mente pura, un corazón noble, un cuerpo sano”.
La Antigua y Mística Orden de la Rosa-Cruz fundada en 1915, es probablemente una de las organizaciones rosacruces modernas más importantes del mundo. Su nombre original latino es "Antiquus Misticusque Ordo Rosae Crucis", aunque es conocida como AMORC. Son una organización tradicional, filosófica e iniciática que conservan el conocimiento transmitido por los Rosacruces e iniciados del pasado a través de los siglos. AMORC se considera herederos espirituales de las Antiguas Escuelas de los Misterios que florecieron en Babilonia, Egipto, Grecia y Roma, reivindicando un lazo tradicional con el Antiguo Egipto, pero por otro lado, también uno de tipo histórico con los primeros rosacruces del siglo XVII.
Según esta organización, los métodos de
curación Rosacruces se derivan de las técnicas usadas por los antiguos
egipcios, una de las cuales, es la transferencia de energía del curador al
paciente, mediante la aplicación de vibraciones curativas en ciertas áreas del
cuerpo del paciente. Es evidente que el
curador debe ser entrenado por muchos años, de estudios, dedicación y
prácticas. Aquí se revela el elemento del secretismo que caracteriza a esta organización
y sus miembros.
Estos egipcios ancestrales comprendían sobre las energías
utilizadas durante la creación del universo, conocimiento que fue revelado por Hermes
Trimegisto (de existencia mítica para muchos) en uno de sus escritos más breves
y más famosos: la Tabla Esmeralda, donde se encuentra el secreto acerca de la
“Prima Materia”, o energía esencial del Universo. Los antiguos sabios enseñaban
que dicha materia prima aún existía como “sustancia vibratoria” alrededor
nuestro y que con el entrenamiento apropiado se podía dirigir dicha energía
para producir efectos maravillosos.
Hermes decía que “este es el más poderosos de todos los poderes, la fuerza de todas las fuerzas, porque conquista todas las cosas sutiles y puede penetrar todo lo sólido. Porque así fue el universo creado, y con él combinaciones raras y maravillas de muchas clases se pueden producir”.
La tradición curativa de los Rosacruces se evidencia claramente en un libro de comienzos del Siglo XVII llamado la “Fama Fraternitatis”, que contiene las reglas de la fraternidad, descrito en seis artículos, el primero del cual era: “Que ninguno de los hermanos debía profesar públicamente (como rosacruz) ninguna otra cosa que curar a los enfermos y eso debía hacerse en forma gratuita”.
Esta regla nos revela la importancia de la labor curativa de los Rosacruces a través de la historia y también nos permite comprender la inclinación de Karla hacia la sanación, por ser su padre y mentor practicante de esta filosofía lo cual le abrió las puertas al desarrollo de sus facultades paranormales a través del conocimiento de los ocultos secretos de la transmutación de la naturaleza inferior humana hacia un nivel superior, el manejo de las energías, y otros más que desglosaremos más adelante.
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