Sin
imaginarse aquella muchacha recién casada con Pancho, apenas
unos días de finales de 1913, que al unisonó de su matrimonio ocurría la llegada de una familia
libanesa a Barquisimeto, los Richa, como todas
las inmigraciones las razones de estos periplos eran económicas y sociales.
En
la sociedad libanesa, además de los musulmanes, existía un grupo importante de
cristianos maronitas y ortodoxos, que estaban segregados, en el cual las practicas
de su fe se habían convertido en peligrosas además de ser sometidos a fuertes
impuestos por parte del gobierno por el simple hecho de ser católicos, cerrando
las libertades fundamentales y acosados en sus actividades comerciales. Este
adverso panorama los impulsaría a probar
suerte en otros lugares, Venezuela era uno de esos horizontes prometedores, así
llegan los primeros libaneses a finales del siglo XIX a nuestro país. Uno de
estos sería Joseph Yebaile y su familia, residenciándose en
Valencia en 1890 posteriormente partirían a la prospera Barquisimeto desde
donde ayudarían a emigrar a los que quedaban rezagados en su tierra de origen, así
llegaría su hija Emma Yebaile (Mamema como la conocimos) con su esposo David
Richa con dos hijos, Margot nacida en 1910 y Teodoro en 1912 un niño
quien apenas tenía un año de edad al desembarcar en Venezuela, ambos nacidos en
el Líbano, tiempo después su camino se cruzaría con una de las descendientes de
Bartola Castro, Ana Dolores con la cual escribiría una página de la historia social
de Barquisimeto.
Aquella
Venezuela de principios del siglo XX estaba conformada por un tejido social de
emigrantes del interior rural del país que abandonaban los campos debido a que
los cultivos de cacao y café habían comenzado a declinar y eran atraídos por el
auge del comercio junto al inicio de las compañías petroleras, aquellos hombres
y mujeres tomaban sus familias, vendían sus propiedades y se dirigían a las
ciudades, en su camino se encontrarían con los inmigrantes llegados de diversos
países tales como Italia, Líbano, Portugal etc con una historia muy parecida de
dolor por el abandono de sus lugares de origen, la incertidumbre de lo
desconocido, la falta de dinero con la que llegaban pero con inmensas ganas de
trabajar para lograr sus objetivos: la prosperidad. Fue fácil identificarse entre
sí y de esta manera conformarían el nuevo rostro de aquel pujante país. Podría
decirse que otro mestizaje había comenzado.
Numerosos
libaneses vendieron sus propiedades, embarcándose en los diferentes puertos
de Sidón, Beirut y Trípoli, tras el sueño dorado de la América
libre, plural y prospera, constituyéndose en la primera oleada de inmigración
libanesa; la segunda salida masiva ocurre después de la I Guerra Mundial, alrededor
de 1918 por las duras condiciones económicas de la posguerra,
entre ambas oleadas existió una emigración constante aunque de menor cuantía,
atraídos por familiares, vecinos y amigos, las llamadas cadenas
migratorias que orientaban y ayudaban económicamente a sus paisanos en su nueva
patria. Estos libaneses eran expertos comerciantes, principalmente en la quincallería
en general y la venta de telas de los cuales son grandes conocedores por estar
su país situado en la “Ruta de la Seda”. Pero además traen dos métodos de venta
innovador nunca antes visto, el sistema por cuotas o a crédito y la venta de manera
ambulante de casa en casa entre la clase humilde y la naciente clase obrera, lo
que sería la futura clase media, constituyéndose en un éxito al no competir con
los grandes comercios establecidos. Fueron los primeros innovadores del país. Ellos
coparon un mercado popular que estaba desasistido, logrando implantarse dentro
de la nueva clase social emergente en Venezuela a costa de su trabajo.
Cuando
los puertos y las ciudades aledañas se congestionaron con los primeros libaneses, los que llegaban más
tarde se sumarían a la gran masa de Venezolanos que estaban movilizándose desde
el interior del país a las ciudades. Dentro de estos dos grupos estarían por un
lado, Pancho y su familia quienes venían del municipio Urdaneta del estado Lara
y por el otro la familia Richa Yebaile con sus hijos procedentes del Líbano, ambos
se establecieron en la pujante Barquisimeto. Estando ya aquí nacerían los otros hermanos Richa Yebaile:
Bertha casada con Pedro Zayek con su venta de telas “Blanco y Negro”; Antonia
casada con José Gassan con su sastrería “El Puño de Oro” donde acudía el
presidente Luis Herrera Campins a que le elaboraran sus trajes, Victoria casada
con Pedro Gloria de origen colombiano miembro fundador del Club de Leones, el
club Ayarí y el Country Club. El menor Farid casado con Norma una venezolana, impulsa
el deporte razón por la cual el estadio deportivo de la ciudad lleva su nombre.
Margot se casaría con Jorge Faroh estableciendo un almacén en la calle
Comercio, "La Preferida".
La
fuerte tradición familiar libanesa inculcada a los niños desde temprana edad como
parte de su educación fundamental que abarcaba no solo la fe católica, sino también
la comida libanesa, el idioma, pero principalmente el respeto a las reglas del
buen proceder los ayudaría a identificarse con la conservadora familia Venezolana
de fuertes principios y valores tanto católicos como sociales heredados de la época
de la Colonia, esto facilitó el engranaje, gracias a lo cual los libaneses se
insertaron en nuestra sociedad con gran éxito y se fundieron en un solo pueblo como
lo hicieran los Richa con la familia Castro con quienes compartimos íntimamente.
Muy
lejos estaban Pancho y su esposa de imaginar que, mientras salían de
Barquisimeto de regreso a El Toronal, arribaban a la ciudad una familia que se
integraría con ellos. Por un lado
los libanes adaptándose a su nuevo país, conquistando comercialmente la ciudad
que los acogería y por otro lado la familia Castro Giménez quienes estaban experimentando una salida
del medio rural gradualmente, abarcando toda su vida de casados, en un constante ir y venir entre Barquisimeto y El
Toronal durante 22
años, en sus recorridos presenciarían
la transformación del sendero que comunicaba ambos lugares, de un
paso angosto de tierra, por donde solo transitaban mayoritariamente personas a
pie, en bestias y algunas en carretas, hasta convertirse en una carretera por
donde circularían los primeros vehículos llegados al país, todavía existe este viaje
eterno de nuestra familia, siempre de regreso a nuestras raíces, por ese mismo
camino que hoy día es una carretera asfaltada que se recorre en dos horas.
El primer viaje de este
matrimonio ocurre a finales de 1914 cuando vienen a protocolizar el documento
de propiedad de El Toronal, llegarían a casa de sus padres en Santa Rosa, donde pasaría las
navidades, una tradición hasta la muerte de ellos, allí se quedaría hasta
febrero de 1915 que fue el bautizo de su hija María de Lourdes cuyos padrinos
serían la abuela Adelina de Giménez y su hermano Sixto Giménez. Luego vino un
periodo de dos nacimientos muy seguidos, en el cual no viajaron a Barquisimeto,
hasta en 1918 cuando vinieron a bautizar a Ana Dolores, sus padrinos fueron los
hermanos de María Adelina, Teodoro Giménez hijo y Panchita Giménez, aun soltera. Era el primer viaje de Ana Dolores
a la ciudad donde vivían los Richa, su destino estaba ligado al nombre Teodoro,
su abuelo, su padrino y su futuro marido.
Al siguiente año en 1919
ocurre el nacimiento de las morochas Castro en El Toronal por lo que Adelina
Melendez, madre de mi abuela María Adelina acude al parto de su hija y viaja en el primer Camión de
transporte masivo que funcionaba entre Barquisimeto y Siquisique con paradas en los poblados
existentes en el camino. La comunicación terrestre había comenzado a
modernizarse y ya no era obligatorio enviar el carro familiar a buscarla.
El otro viaje conocido fue
el realizado para su quinto parto por la recién culminada carretera
Bobare-Siquisique, aun de tierra pero ampliada y nivelada, va en el carro Ford
T que habían comprado, ella contaba con 26 años, el motivo de este viaje fue por
el descubrimiento de la infidelidad del abuelo Pancho, molesta se quedaría con
sus padres en Santa Rosa donde nacería Bolivia en 1921, allí la bautizaría, siendo sus padrinos el Dr. Martin Alvizu y Rosa Aurelia de Sánchez.
A partir de este acontecimiento la abuela deja de ser la mujer sumisa
y entregada a la voluntad de su marido, acorde a la educación impartida en esta
época, papel que había desempeñado desde que se casaran. Por primera vez escoge
el nombre de una hija, por su amiga la educadora Bolivia Tovar, los anteriores
los había realizado Pancho con su suegra Bartola o con su madre Adelina.
Su marido las visitaba con frecuencia tratando de arreglar el impase, sin lograrlo pues no internalizaba el cambio de ella. Quería no solo mudarse a Barquisimeto sino comprar una casa independiente para ellos que le permitiera recuperar la vida social y cultural que existía intensamente aquí, además casi todos sus parientes y conocidos habían emigrado a la ciudad. Allí estaba esperando el destino de sus hijos, principalmente de las mujeres.
Su marido las visitaba con frecuencia tratando de arreglar el impase, sin lograrlo pues no internalizaba el cambio de ella. Quería no solo mudarse a Barquisimeto sino comprar una casa independiente para ellos que le permitiera recuperar la vida social y cultural que existía intensamente aquí, además casi todos sus parientes y conocidos habían emigrado a la ciudad. Allí estaba esperando el destino de sus hijos, principalmente de las mujeres.
SALUDOS MUY INTERESANTE EL ENSAYO SOBRE PARTE DE LA INMIGRACION DE LIBANESES AL ESTADO LARA funde un blog llamado los saldivia de venezuela y tengo un grupo en facebook que se llama la inmigracion libanesa en venezuela tomare su trabaja para divulgarlo en esta redes y para al archivo del centro
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