Analizar los años 20 es muy complejo por
los cambios radicales en la moda y de los cánones de la conducta femenina, liberándose definitivamente
del yugo que acarreaba el hecho de pertenecer al llamado sexo débil, estos años se caracterizaron
por la exigencia, por primera vez, de las mujeres al derecho de igualdad de género, la liberación
de los rígidos patrones de comportamiento femenino, así surgen dos corrientes, una en
EE.UU llamadas las flappers, mujeres atrevidas que pertenecían a la clase
media, quienes no se regían por las normas sociales convencionales,
traspasando las barreras de la "moralidad" tradicional del quehacer social, relacionado más con un estilo de vida que con una
forma de vestir: bebían, fumaban, hablaban libremente de temas tabú para las
mujeres, tenían relaciones sexuales ocasionales, manejaban automóviles,
asistían a clubs de jazz y shows nocturnos, igual a los hombres pero
conservando su apariencia femenina, usando maquillaje, collares, zarcillos,
guantes, zapatos y bolsos. Por otro lado en Europa, casi al unísono,
surgía un estilo masculino de vestir conocido como Garçonne, término que provenía
de una popular novela del mismo nombre, cuyo autor Victor Margueritte
relata la historia de una mujer que se pierde en las drogas buscando la
igualdad de géneros.
La I Guerra Mundial obliga a la mujer a
ocupar los puestos de trabajo tradicional de los hombres abandonados por tener
que convertirse en soldados, esto da inicio a un cambio necesario en el vestir
de la mujer a formas más sencilla y holgadas, aparece el patrón en forma de H
de los vestidos. Después de finalizar la guerra en 1918, las mujeres habían desechado
definitivamente los vestidos ajustados a la figura y el realce del busto, surgían
los vestidos estilo camisero más sueltos, sin marcar el cuerpo ni la cintura,
la cual baja hasta la cadera, a principios de los años 20 la falda había subido
de los tobillos a un poco más abajo de la rodilla permaneciendo así hasta
después de 1925 cuando aparece verdaderamente la falda corta de la mano de Cocó
Chanel.
Esta moda se completaba con el cabello
corto conocido como un bob o bob cut, dando un toque
masculino, un estilo muy popular en la Primera Guerra Mundial cuando las
enfermeras dejaron de usar el cabello largo por cuestiones de higiene y se lo
recortaron por primera vez en la historia. A finales de la guerra, en
1918, Irene Castle, esposa de Vernon Castle, que formaban una pareja
profesional de baile de salón, muy famosos por lo que viajaban
frecuentemente, llevan de Europa a los Estados Unidos este estilo de corte de
cabello, convirtiéndose en el peinado simbólico durante la década de 1920,
coincidiendo con el nuevo look de vestidos.
Las flappers adoptan esta moda más
sencilla con vestidos sueltos de tirantes con descote cuadrado o bandeja sin
cuellos ni mangas o con mangas cortas, usando medias de seda artificial, con
los inconfundibles zapatos Mary Jane o merceditas de tacón bajo que les
daba la comodidad para bailar. Por la noche las mujeres flappers se convertían
en todo un espectáculo de lujo y glamour siguiendo el estilo impuesto por
Poiret del uso de lentejuelas, plumas, flecos, bordados, pieles, joyas y
broches, como los collares de perla y gargantillas que hacían juego con los
vestidos de tirantes delgados.
En cambio la moda Garçonne se rebela
contra los rígidos conceptos del vestir femenino existentes, imponen un estilo
más «masculinas» que las flappers en el sentido de no usar accesorios ni
maquillaje, su filosofía era que debían verse iguales a un
hombre, comenzaron a usar esmoquin o traje masculino
con corbata, monóculos, bastones y boquillas para fumar, hasta
entonces complementos solo para hombres,
de esta forma nace el travestismo como expresión de rebeldía entre el sexo del
individuo y el rol social asignado.
Ambos estilo se intercambian entre
Europa y Estados Unidos, fenómeno que se explica por el aumento de los viajes
durante la Primera Guerra Mundial y luego, al finalizar la guerra, con los realizados en los grandes transatlánticos, como el iniciado por el Titanic a partir
del cual surge un auge que conlleva a esta mezcla de ambas modas y estilos de
vida entre ambos continentes.
Sin embargo, este look vanguardista y
desenfadado no era el único, ni el buscado por todas las mujeres, otras mas conservadoras preferían el "Robe de Style", caracterizado por un modelo de vestido
mucho más benévolo con la silueta femenina, con la cintura en su
sitio, ligeramente marcada, y una ondulante falda cuyo largo variaba desde
la pantorrilla hasta los tobillos. Amplios escotes y mangas breves completaban
el vestido. Este icónico estilo, propio de los primeros años de la década de
los años 20, se asocia tradicionalmente a la diseñadora francesa Jeanne
Lanvin, quien fue su mejor y mayor exponente, aunque no la única. El "Robe
de Style" era ideal para mujeres de todas las edades y se usaba en todas
las ocasiones que requerían de un vestido elegante. Había modelos de invierno y
de verano. Para el día, en suaves tonos pastel, y para la noche en colores como
el negro, rojo o el dorado. A pesar de que fue un estilo muy popular entre las
mujeres, su influencia quedo relegada a un segundo plano en la historia de la
moda.
Así nace una forma de vestir innovadora,
salpicada por el baile y la música al ritmo del charleston, variedad
del foxtrot donde las flappers adaptaron listones colgando como si
fueran pequeños flecos a sus faldas o vestidos ya existentes, para hacer notar
los pasos característicos del baile que marcaron el rumbo definitivamente
revolucionario en la historia del vestuario femenino. Sería el segundo gran cambio
en el siglo XX, el primero fue el abandono del corsé, las faldas largas de
grandes volúmenes gracias al polisón, el miriñaque y las telas pesadas surgiendo
un nuevo estilo dándole esbeltez a la figura femenina, que la prepararía para el siguiente paso. Este contexto lo recoge
y maximiza la gran Cocó Chanel que revolucionó la moda a partir de los años 20,
quien introduce el vestido negro ligero como símbolo del buen vestir, los
elegantes blazers, los pantalones y cardigans de estilo náutico, haciendo que
las creaciones voluminosas y casi teatrales de Poiret y Jeanne Lanvin quedaran
algo desfasadas.
A través de las fotografías de familiares y conocidos de los años 20, podemos observar como la mujer Venezolana y las del interior del país, en este caso de Barquisimeto, estaban al tanto de la moda impuesta en el mundo, esto nos permite asomarnos a una sociedad efervescente conocedor del acontecer mundial, de la moda y de los cambios innovadores a pesar de no existir el internet.
Pantalones años 20
Vestido estilo camisero de los años 20
Vestido estilo camisero de los años 20
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Referencia: Matrimonio de los años 20 Moda Robe de Style
Un Robe de Style negro
Niñas con vestidos camiseros clásicos de los años 20
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