martes, 4 de octubre de 2016

Los caballeros de blanco.

Veo lo sucedido en Colombia con el plebiscito del 2 de octubre y su ajustado resultado por el “No” de menos del 1% de ventaja. El mundo se pregunta, que factor o factores determinaron este inesperado triunfo de la oposición? Opiniones sobran, pero lanzaré una hipótesis sin aspirar a un análisis sesudo, desgranaré las emociones de un suceso ocurrido en los últimos meses del año gregoriano, que impactaron profundamente en el hermano país.
Es bien sabido por la historia los sentimientos de Simón Bolívar hacia Colombia y el  respeto, admiración y amor que sienten por nuestro Libertador, también lo fue de ellos. Cuando uno va a ese país constata el relevante lugar que ocupa Bolívar no solo en la historia, a veces pareciera letra muerta, sino en sus corazones, es difícil encontrar las palabras que definan esta relación amorosa entre Colombia y Bolívar, que nos envuelve a los venezolanos.
El 5 de julio de este año ocurrió un suceso inesperado, 500 mujeres venezolanas vestidas de blanco forzaron la cerrada frontera colombo-venezolana, sin importarles los militares mal encarados y fuertemente armados que les impedía el paso, van en procura de comida para sus hijos que lloran por hambre, insólito en la Venezuela petrolera, aquello parecía, como dijo el gobernador del estado fronterizo, un “show mediático”  no podía ser posible: hambruna en Venezuela, esto rompe el celofán en la prensa internacional!   
Como sucede en una obra de teatro que poco a poco abre el telón permitiendo a los espectadores ver la obra, así mismo aquel fenómeno ocurrido en el puente internacional Simón Bolívar, de las damas de blanco, aparentemente insignificante dentro del sombrío acontecer político, develó o mejor dicho confirmó una verdad que empezaba a vislumbrarse en el mundo, ya para el 17 de julio se había convertido en un torrente indomable de más de 150.000 personas, era inocultable, el rey estaba desnudo.
Del lado Colombiano, escenas conmovedoras de las autoridades, principalmente militares y policías, acogiendo a los desesperados venezolanos, cumbias como “La pollera color´a” popular en nuestro país para darles la bienvenida, chocolate caliente y desayunos repartidos por militares, autobuses gratuitos para su traslados ida y vuelta hasta el puente, una solidaria escena de un policía montado ayudando a llevarle sus compras a una señora, un ejemplo de educación, de respeto al ciudadano que tanto admiraba Bolívar y, confieso sentí envidia de este proceder. 
Las escenas del maltrato a la población civil por parte de los militares en nuestro país rodaban por el mundo desde hacía largo tiempo, la excusa del gobierno era que se justificaba por ser una población golpista mal influenciada por el Imperio, que no había hambre, que los anaqueles estaban abarrotados, que todo era falso. Los organismos internacionales cómodamente le daban credibilidad a esta versión oficial, hasta que sucedió lo del puente, punto de quiebre para los caballeros de blanco apoltronados en La Habana, luciendo sus rechonchas siluetas mientras fumaban los famosos habanos Cubanos, hablando de paz con connotados líderes mundiales, cuando sorpresivamente las heroicas damas de blanco Venezolanas los desenmascaraban junto a su falsa revolución del siglo XXI, de hambre y miseria para los pueblos, los Colombianos lo vieron en sus hermanos, no era un cuento mediático, era una realidad dolorosamente palpada por ellos,  luego vino el efecto dominó …

       






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