Veo lo sucedido en Colombia con el plebiscito del 2 de
octubre y su ajustado resultado por el “No” de menos del 1% de ventaja. El
mundo se pregunta, que factor o factores determinaron este inesperado triunfo
de la oposición? Opiniones sobran, pero lanzaré una hipótesis sin aspirar a un
análisis sesudo, desgranaré las emociones de un suceso ocurrido en los últimos
meses del año gregoriano, que impactaron profundamente en el hermano país.
Es bien sabido por la historia los sentimientos de Simón Bolívar
hacia Colombia y el respeto, admiración
y amor que sienten por nuestro Libertador, también lo fue de ellos. Cuando uno
va a ese país constata el relevante lugar que ocupa Bolívar no solo en la
historia, a veces pareciera letra muerta, sino en sus corazones, es difícil
encontrar las palabras que definan esta relación amorosa entre Colombia y
Bolívar, que nos envuelve a los venezolanos.
El 5 de julio de este año ocurrió un suceso inesperado, 500
mujeres venezolanas vestidas de blanco forzaron la cerrada frontera
colombo-venezolana, sin importarles los militares mal encarados y fuertemente
armados que les impedía el paso, van en procura de comida para sus hijos que lloran
por hambre, insólito en la Venezuela petrolera, aquello parecía, como dijo el
gobernador del estado fronterizo, un “show mediático” no podía ser posible: hambruna en Venezuela, esto
rompe el celofán en la prensa internacional!
Como sucede en una obra de teatro que poco a poco abre el
telón permitiendo a los espectadores ver la obra, así mismo aquel fenómeno
ocurrido en el puente internacional Simón Bolívar, de las damas de blanco, aparentemente
insignificante dentro del sombrío acontecer político, develó o mejor dicho
confirmó una verdad que empezaba a vislumbrarse en el mundo, ya para el 17 de
julio se había convertido en un torrente indomable de más de 150.000 personas, era
inocultable, el rey estaba desnudo.
Del lado Colombiano, escenas conmovedoras de las
autoridades, principalmente militares y policías, acogiendo a los desesperados
venezolanos, cumbias como “La pollera color´a” popular en nuestro país para
darles la bienvenida, chocolate caliente y desayunos repartidos por militares,
autobuses gratuitos para su traslados ida y vuelta hasta el puente, una
solidaria escena de un policía montado ayudando a llevarle sus compras a una
señora, un ejemplo de educación, de respeto al ciudadano que tanto admiraba
Bolívar y, confieso sentí envidia de este proceder.
Las escenas del maltrato a la población civil
por parte de los militares en nuestro país rodaban por el mundo desde hacía
largo tiempo, la excusa del gobierno era que se justificaba por ser una
población golpista mal influenciada por el Imperio, que no había hambre, que los
anaqueles estaban abarrotados, que todo era falso. Los organismos
internacionales cómodamente le daban credibilidad a esta versión oficial, hasta
que sucedió lo del puente, punto de quiebre para los caballeros de blanco apoltronados
en La Habana, luciendo sus rechonchas siluetas mientras fumaban los famosos
habanos Cubanos, hablando de paz con connotados líderes mundiales, cuando sorpresivamente
las heroicas damas de blanco Venezolanas los desenmascaraban junto a su falsa revolución
del siglo XXI, de hambre y miseria para los pueblos, los Colombianos lo vieron
en sus hermanos, no era un cuento mediático, era una realidad dolorosamente
palpada por ellos, luego vino el efecto
dominó …
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