Finalmente había llegado el día de la boda de María Adelina, era el mes
de noviembre de 1913, después de esperar, a solicitud de sus padres, que
cumpliera los 18 años de edad y pasara el luto rígido por la muerte de su
hermano mayor, periodo que había transcurrido como un breve suspiro.
Pancho, el novio de 37 años acababa de llegar de El Toronal, venía
acompañado de algunos familiares. Su matrimonio civil había sido fuera de lo
común al estar ausente en el acto, representado por un amigo mediante un poder
otorgado, el motivo era por sus enredos de identidad, en su nueva familia desconocían
el hecho de tener otra nombre oculto que nadie sospechaba. Ya resuelto el
problema y viendo que todo se desarrollaba normalmente con el nuevo nombre
plasmado en el documento, fija la fecha del matrimonio eclesiástico, realizado en
la Iglesia de
La Concepción.
Ella entra a la Iglesia con el pelo recogido cubierto con una mantilla de
encaje con reborde rematado en flecos, cubre hombros y descote durante la
ceremonia eclesiástica, hace juego con el vestido gris o azul oscuro, este ultimo
color se asociaba con el amor verdadero, eterno y la fidelidad. El blanco no
era de uso obligatorio, las novias podían elegirlo de acuerdo a su preferencia
y su significado, esto les permitía que después de la boda se pudiera usar en
otras festividades. La riqueza de los tejidos de estos trajes era lo que
representaba la importancia de la ceremonia y el estatus económico de la
familia de la novia, los cuales se confeccionaban en pequeños talleres de alta
costura que existían en Barquisimeto o se traían hechos del extranjero.
El de ella era ligeramente al estilo imperio con una banda ancha a modo
de cinturón que marcan la cintura, la falda larga hasta el suelo de varios
cortes longitudinales que le daban cierta languidez a la figura, inicios de la
nueva moda, manga debajo del codo, escote en V de donde parte un tul con
aplicaciones que permiten ver la piel rematado en un traslucido cuello alto, todos
los rebordes de las diferentes piezas llevan flecos los cuales son muy
llamativos. Este vestido
denota estar al tanto de las últimas novedades que estaban desplazando a los voluminosos
vestidos de la bella época, ya no se usan los armadores. En la mano derecha
lleva el anillo matrimonial, aferrando una pequeña cartera y un abanico accesorios
del vestir elegante para la época y en la izquierda una pulsera de oro y un anillo
con una piedra preciosa en el dedo meñique, posible regalo del novio. Se nota la
casi ausencia de maquillaje. El con gruesos bigotes y peinado con bucle en la
parte superior de la cabeza de moda en los hombres, con saco largo por encima
de la rodilla cruzado con dos botones, de color obscuro, manga larga y solapa
ancha, debajo chaleco y camisa blanca con cuello y corbata obscura. El lleva en
la mano derecha el anillo matrimonial y con la izquierda toca discretamente con
su dedo meñique el dedo de ella en gesto de amor y complicidad.
En
el matrimonio estarían los hermanos de Pancho, Goyo Castro y Cosme Perozo,
quienes se fotografiarían en los mismos estudios donde lo hicieran la pareja, pudiéndose
observar la misma composición con el manto.
Ambos hermanos vestidos elegantemente a la usanza de la década de 1910 y principios de los años 20,
característico el bigote con las puntas enroscadas. Goyo Castro de
blanco incluso los zapatos de moda masculina. Era costumbre al salir del acto en la Iglesia, dirigirse
a los estudios fotográficos, los novios se tomaban un retrato con el fin de
dejar constancia de la realización del matrimonio, luego se compartía amenamente
con música y comida en la casa de la novia.
La
familia tarda un mes para entregársela a su marido luego de lo cual se van a
vivir para El Toronal, viaje que seria por la primera carretera que comunicaba
a Barquisimeto con Siquisique, construida en
1910 bajo las iniciativas particulares del Sr.
Cornelio Sánchez en Bobare y del Sr. Santiago López en Siquisique, facilitando
el creciente transporte de madera en carretas de bestias, este recorrido se tardaba de
1 a 2 días, haciendo necesario una parada en Matatere que quedaba a mitad
de camino, una posada que tenía un salón de paredes de bahareque, piso de
tierra apisonado, techo de palmas donde se podía comer un hervido de chivo o de
gallina y se dormía en hamacas o chinchorros que llevaban o se las alquilaban. Antes
de esta carretera existía la ruta de los arrieros, para caballo, burro o pequeñas
carretas, parte de este trayecto era por los lechos de los ríos con una duración un poco mas larga de dos a tres días. En 1917 empezó
a funcionar el primer Camión de transporte masivo por la nueva ruta mejorada
con participación de fondos del gobierno, cuando no había lluvia el recorrido
se realizaba en doce horas aproximadamente, representando un gran avance.
Para la fecha en la cual los abuelos contraen matrimonio ya
existía un camino aunque rustico pero transitable tanto para bestias de cargas
como para carretas de tracción, así que esta pareja, después del casamiento, en su viaje a su hogar, vendrían con sentimientos encontrados, María Adelina sumergida
en la tristeza de la separación de su entorno familiar principalmente de su
madre, sumado a la alegría de estar casada con el hombre amado con el que formaría una
familia. Sus lágrimas corrían por su rostro como un río desbordado sin control
y sin estremecimientos, en silencio, con angustia, llamando la atención de
Pancho que le preguntaba si le dolía algo. No sabía que responder. Solo tenía
conciencia de la vida que terminaba y la nueva que comenzaba, lloraba
por ambas. El cometa Halley la había llevado a nuevos rumbos y allí estaba
regresando por los mismos caminos.
Este viaje de retorno a su tierra natal era muy incomodo para ella pues la mujer no tenia facilidades de aseo personal y además el pudor impedía hablar de las necesidades fisiológicas con su marido. La ropa interior de esta época consistía en bragas, sujetador, fajas más ligeros que los de años anteriores, corsés, sin enaguas, se usaba la camisola y medias color carne, dificultando la hora de la higiene.
Este viaje de retorno a su tierra natal era muy incomodo para ella pues la mujer no tenia facilidades de aseo personal y además el pudor impedía hablar de las necesidades fisiológicas con su marido. La ropa interior de esta época consistía en bragas, sujetador, fajas más ligeros que los de años anteriores, corsés, sin enaguas, se usaba la camisola y medias color carne, dificultando la hora de la higiene.
Llegan a El Toronal en diciembre, donde pasan su luna de miel, nueve
meses después nacería su primera hija.
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